madrid. Springfield y Los Oscos ya aparecen en los mapas. Si Los Simpson ha logrado que el pueblo de Homer se coloque en GoogleMap, la escapada del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la localidad de Los Oscos en Asturias, ha hecho que la zona aparezca en las guías turísticas españolas. De hecho, se estima que 9.700 personas tomen como ejemplo el destino de Zapatero y opten por el turismo rural en Asturias. "Esperemos que lleguen éstos y más, nosotros estamos preparados y la estancia del Gobierno nos dará un buen empujón", explica Adriano Berdasco, presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur). En esta comunidad hay más de 8.300 plazas de turismo rural, y en el sector trabajan alrededor de 1.250 personas. "Es una zona muy sencilla, donde lo mismo encuentras montaña, costa, como puedes bajar a la ciudad", señala Berdasco. Debe ser esta mezcla la que ha seducido a Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa. Y es que el presidente del Gobierno comentaba después de primera noche en la casa rural de Los Oscos que "se duerme fenomenal" y que espera que las condiciones meteorológicas mejoren para "que junto a mi mujer pueda pasear por el monte y hacer alguna ruta". No obstante, aunque el último en apuntarse a esta nueva forma de turismo haya sido él, España cuenta con casi 12.000 hoteles o casas rurales con capacidad para más de 106.000 personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los clientes de este tipo de alojamientos buscan "algo diferente al sol y playa de siempre, estar en contacto con la naturaleza, con la gente del pueblo y la calidez y cercanía de los paisanos", señala Javier Herrera, presidente de la Asociación Española de Turismo Rural (Asetur). Pero una cosa es lo que quieren y otra muy distinta la que se encuentran. "Cada comunidad autónoma tiene los criterios específicos para regular los alojamientos rurales de su competencia, pero en los últimos años han aflorado los alegales que alquilan como si fueran casas rurales cualquier tipo de establecimiento", aclara Herrera. 'Espigas' en vez de estrellasPara evitar que los turistas se encuentren con sorpresas, sobre todo los extranjeros, desde Asetur han llevado a cabo la implantación de las espigas, una clasificación que vendría a simular la de las estrellas en los hoteles. Hasta ahora se ha puesto en marcha en 70 establecimientos y se prevé que para mediados de septiembre ya estén en proceso en unos 250 centros rurales. "Con esta distinción el turista sabrá las comodidades y servicios que se va a encontrar", explica el presidente de la asociación. Para obtener el distintivo se valorará el entorno, la situación, el acondicionamiento, la decoración y la equipación de cada casa rural. A pesar de que el 87 por ciento de los turistas rurales son españoles, durante los meses de verano casi el 13 por ciento provienen de países como Alemania, Bélgica, Francia, Italia, los Países Bajos e incluso Estados Unidos. Los pueblos más recónditos y los restaurados son los lugares preferidos por este público que "consigue cuidar el patrimonio para que los pueblos no desaparezcan y sobre todo ingresan una buena dosis económica a la zona, a los pequeños comercios y restaurantes", matiza Herrera. Pero incluso hay zonas donde los visitantes ocasionales son recibidos como agua caída del cielo. "Hay pueblos que gracias al turismo rural cuentan con algunas infraestructuras que de otra forma no tendrían y, lo que es más importante, consiguen no desaparecer del mapa fijando población", explica Herrera. De hecho, "por cada euro que entra por la puerta de un alojamiento rural, seis de ellos van a parar al territorio donde está localizado", señala el presidente de la Asociación de Profesionales de Turismo Rural (Autural), Francisco Parra, en una entrevista publicada por Eroski. El turismo rural está al alcance de prácticamente todos los bolsillos y aunque las comunidades que más viajeros acogen sean Andalucía, Castilla y León y Cataluña, zonas históricamente elegidas por el sol y la playa también registran un cien por cien gracias a la variedad de actividades que ofrecen. "Los turistas que se alojan aquí practican senderismo, escalada, barranquismo o excursiones a caballo", explican desde la Asociación Canaria de Turismo Rural (Acantur). Una oferta diferente, apta para todos los públicos y los bolsillos. Si no que se lo digan a Zapatero.