El salario emocional -motivación, aprecio y libertad-influye cada vez más en esta decisión La buena gestión de la red de contactos facilita alternativas laborales a la mitad de los directivos madrid. Nos pasamos buena parte de nuestra vida laboral sopesando estrategias y ensayando discursos para conseguir entrar en las empresas pero parecemos olvidar todo eso cuando llega el momento de marcharse. Esa etapa profesional, el cierre de ciclo en una determinada empresa, es quizá una de las más delicadas. Soltar amarras en un sitio y asumir un nuevo reto en otro implica un proceso que, bien gestionado, trae consigo crecimiento profesional pero mal gestionado puede llevar al estancamiento, insatisfacción y pérdida de puntos en el mercado. Algo que sólo lo cura el paso del tiempo.Si se encuentra en esta tesitura, no crea que son pocos los que le acompañan. Uno de cada dos trabajadores españoles está insatisfecho con sus condiciones laborales, bien sea por cuestiones de salario o por otras, menos tangibles, como ambiente laboral, falta de motivación o de confianza para asumir nuevos roles en la empresa. El barómetro europeo de 2007 de bienestar laboral también selaña que esta insatisfacción llega al 63 por ciento en los sectores bancario y asegurador.Salario emocionalPero no se confunda. No siempre es fácil detectar si es conveniente dar el salto o no. Haya o no haya segunda oferta en la mesa, un mal paso al abandonar la empresa puede suponer un error del que será difícil salir. La primera receta es reflexionar con calma y racionalidad acerca de si se está tomando la decisión correcta. La directora de Recursos Humanos de la escuela de negocios Ide-Cesem, Balbina López, aconseja "pensar si, en el proceso de toma de decisión que conduce al abandono de una empresa, se está reaccionando o no ante los estímulos que se reciben de forma racional o emotiva". Y para esto no hay nada mejor que profundizar en el análisis. Ante la pregunta general ¿estoy tomando la decisión correcta? cabría pensar sobre si ¿se me está respetando como profesional? o ¿me ayuda la organización a crecer profesionalmente?Y es que, si bien, el salario económico es uno de los indicadores más claros acerca de la naturaleza del desempeño en una empresa de un profesional, no hay que perder de vista que, subidos una serie de peldaños, el salario emocional juega la baza principal en determinados cargos de una compañía.Como recuerda el consultor Raúl Abad, "mientras que un sueldo puede ser mejorado por la competencia, el factor emocional es lo que realmente marca la diferencia y consigue que los empleados sean leales a la empresa". Y cita una larga lista de elementos que pueden formar parte de ese extenso salario emocional: formación, conocimiento de lo que se espera de uno, capacidad de expresar ideas, de opinar o disentir, oportunidades de ascenso, retos, ambiente laboral, flexibilidad y libertad, seguridad, planificación de la carrera, conocimiento de los logros por parte de la dirección y sentirse recompensado y apreciado.Cuando todo esto ha quedado claro, llega el momento de gestionar la red de contactos. Algo que facilita una segunda alternativa laboral al 50 por ciento de los profesionales. ¿Cómo se consigue? Desde la consultora de recursos humanos Creade se ofrecen algunas claves: tener un CV impactante de no más de dos folios, ser capaz de exponer de forma concreta los objetivos profesionales y las causas del estancamiento en la actual organización, verificar la idoneidad de cada persona de su red para su objetivo profesional y tener elaborada una lista de segundos contactos.La toma de decisiónY llegada la esperada oferta, conviene saber que se está en la mitad del camino. Los expertos de Creade recuerdan que "muchos profesionales se dan cuenta pasados meses que cambiar de empleo fue una decisión errónea: la realidad no se adecua a las expectativas, no existe feeling con el jefe...".Para evitar esto hay que ser duro en el proceso de negociación. Y todas las precauciones son pocas si uno se encuentra maduro desde el punto de vista profesional. Si se puede, hay que obtener firmadas por escrito unas condiciones pactadas. Tenga en cuenta que un sí es irrevocable. Su prestigio profesional es el que está en juego.Y por esa razón precisamente, atravesar el túnel para llegar al final implica salir con la cabeza alta de la empresa. Además de hablar con todos los que tenga que hacerlo tendrá que pensar qué les dice a cada uno de ellos. Más allá del agradecimiento razonable por la oportunidad brindada, si tiene que manifestar algo negativo tenga en cuenta una serie de principios generales. Como señala Balbina López, nunca lo haga en presencia de otros, siempre en la intimidad del despacho; sea específico -"No vale no me gusta cómo me tratas, sino no me gusta que no me saludes"-, y utilice sólo su propia información y no haga referencia a algo que conozca por terceros.