madrid. Matt Damon (Cambridge, Massachusetts, 8 de octubre de 1970) ha sido recientemente coronado como la inversión más rentable de Hollywood. Y es que sin duda sabe lo que cuesta ganar dinero. Él cuenta que los bares situados en los alrededores de la Universidad de Harvard en los que trabajó de camarero para preparar su papel de abogado novato en Legítima defensa (Francis Ford Coppola, 1997) no le eran desconocidos, y no precisamente porque fuera cliente habitual. En los tres años que estuvo en Harvard cursando la licenciatura de Literatura Inglesa -que no llegó a terminar- tuvo que trabajar en varios oficios para ganarse su propio dinero para satisfacer sus ansias de interpretación (aunque sus padres no se opusieron, tampoco le brindaron todo su apoyo). Seguramente en esos momento nunca soñó con ganar 12 millones de dólares por película, que es la cifra que las productoras deben desembolsar desde su éxito como Jason Bourne, el letal agente desmemoriado. Letal y rentableEl duo Bourne/Damon es letal y, sobre todo rentable, al menos para la revista Forbes. Esta publicación le ha confirmado como la inversión más segura de Hollywood: cada dólar que le han pagado los productores por sus tres últimas películas estrenadas (El ultimátum de Bourne, Ocean´s Thirteen y El buen pastor) ha aportado un ingreso bruto de 29 dólares. Esta lista de rentabilidad le ha coloca por encima de otros actores que en algunos casos le cuadruplican el caché. Es el caso, por ejemplo, de Tom Hanks, que cobrará 50 millones de dólares por volver a ser el profesor Robert Langdon en Ángeles y demonios, la precuela de El código Da Vinci. Sin embargo, ocupa el puesto 11 en rentabilidad (con un retorno bruto de 12 dólares por cada uno de los invertidos en su salario). Por su parte, Will Smith, que casi le dobla en sueldo (cobró 28 millones de dólares por Yo robot), ocupa el puesto 14 (10 dólares de ingreso por cada uno desembolsado).Tom Cruise o Bruce Willis juegan en otra división. Se calcula que el primero, que ocupa el puesto doce de la lista, pudo recibir hasta 180 millones de dólares por hacer La guerra de los mundos con Steven Spielberg. Por su parte, Willis recibió 100 millones de dólares por El sexto sentido, claro que esta cifra incluía su salario, un porcentaje de la taquilla mundial y una participación en los dividendos de la película cuando ésta se comercializara en vídeo y DVD. Sin embargo, no aparece en la lista de 22 nombres (la cierra Russell Crowe, ya que de cada dólar de los 20 millones que cobra por cinta sólo se generan cinco). Sin llegar, de momento, a estas cifras, Damon se conforma con 12 millones de dólares (Bourne le ha supuesto un ascenso de cinco millones, que era lo que cobraba antes de convertirse en una máquina de matar con amnesia). Las dos primeras entregas de la trilogía Damon (El caso Bourne, 2002; y El mito de Bourne, 2004) han recaudado hasta el momento más de 850 millones de dólares. La tercera, El mito de Bourne, llegó a las pantallas estadounidenses el pasado 3 de agosto. Ese fin de semana recaudó más de 70 millones de dólares, convirtiéndose en la película con mejor estreno en agosto de la historia.Si los grandes estudios hubieran sido capaces de averiguar estas cifras, probablemente Damon no hubiera estado esperando seis meses en 2001 una llamada de teléfono para volver a trabajar. Ése fue el periodo que pasó en el dique seco (cinematográficamente hablando, porque aprovechó para hacer teatro en Londres) desde que terminó Todos los caballos bellos (con Penélope Cruz) hasta que la nueva adaptación de la novela más famosa de Robert Ludlum acudió al rescate.Pero Damon estuvo muy cerca de no lograr su rentabilidad. Su rechazo a firmar la continuación de la primera entrega casi le hizo perder el papel. Doug Liman (director de la primera parte de la trilogía) y Paul Greengrass (realizador de las dos siguientes) le convencieron para continuar con la promesa de que mostrarían algo que no fuera un refrito. Y la promesa fructificó, ya que El mito Bourne obtuvo más beneficios que El caso Bourne; que se espera sea superada también por El ultimátum Bourne.Un largo caminoSe puede decir que la de Damon es una afición precoz. En el instituto ya había demostrado cierto talento con su amigo del alma Ben Affleck, y con 18 años tuvo su primera aparición en Mistic Pizza, donde compartía cartel con otra joven estrella femenina que ya prometía y que se llamaba Julia Roberts.Muchas cosas han pasado desde entonces. Nunca terminó sus estudios porque la interpretación fue más fuerte. Antes de tocar el cielo (y un Oscar al Mejor Guión Original en 1997) junto con Affleck por El indomable Will Hunting, Damon ya había estado jugando al béisbol con Kevin Costner (Campo de sueños, Phil Alden Robinson, 1989), combatido contra los indios (Gerónimo, Walter Hill, 1993) o persiguiendo a una chica lesbiana (Persiguiendo a Amy, Kevin Smith, 1997).Desde entonces ha vivido muchas vidas en diferentes épocas y circunstancias: recién licenciado en Derecho en lucha contra una gran multinacional (Legítima defensa), militar huérfano en la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial (Buscando al soldado Ryan), experto en póquer (Rounders), golfista con problemas (La leyenda de Bagger Vance), elegante desvalijador de casinos (Ocean Eleven)... hasta llegar a ser un espía con nula memoria. Un largo camino hasta ser coronado como la inversión actual más rentable de la Meca del Cine. Y es que su interpretación de Jason Bourne (cuya tercera entrega se estrenó en España el martes) le ha elevado al Olimpo de la rentabilidad. Algo ya se podía intuir cuando Miramax pagó a Damon y Affleck 500.000 dólares en concepto de honorarios por su guión y actuar en El Indomable... y recaudó más de 100 millones de dólares sólo en las salas de cine.Dos décadas de carrera después, su rentabilidad se ha convertido en su mejor carta de presentación para negociar su caché. Le darán lo que pida mientras mantenga esos ratios, favorables para ambas partes. Sus próximos proyectos, The Fighter e Imperial Life in the Emerald City, dirán si la inversión Damon sigue siendo la inversión más rentable de la pantalla.