MADRID. Le apodaron el duende de Tavullia y es que Valentino Rossi lo ha hecho todo, hasta ahora, para responder al estereotipo de ese ser mitológico. Su carisma, su extravagancia y sus piruetas en los circuitos de motos, le han valido encumbrarse campeón del mundo en siete ocasiones y le han convertido en el único piloto que ganó el mundial en cuatro categorías distintas (125, 250, 500 y MotoGP). Pero no son sólo estos méritos los que han elevado al joven prodigio, cuyos ingresos en 2006 fueron 12 millones de euros de Yamaha y 25 procedentes de la publicidad y los patrocinios. Ahora están sus problemas con el Fisco por supuesta evasión fiscal, lo que le podría costar 100 millones de multa. Todo ha ido muy rápido para Vale. Debutó en 1989, con sólo 10 años de edad, en un campeonato regional de karts de 60cc. En 1995 ganó el campeonato de Italia de 125cc, siendo tercero en el campeonato de Europa. Y un año más tarde dio el salto mundial con una victoria en el Gran Premio de la República Checa. Entre 1997 y 1999 coleccionó dos títulos mundiales con la motocicleta Aprilia. Pero será la Honda Racing Corporation (HRC), patrocinada desde 13 años por el grupo español Repsol, la que le permitirá protagonizar las magnificas remontadas en 2001 en Donington y Cataluña en la categoría de los 500cc.Aquí se inician las investigaciones de la Agencia Tributaria italiana que acusa a Rossi, que en ese año trasladó su residencia a Gran Bretaña, de no haber declarado buena parte de los ingresos procedentes de sus actividades en Italia, en especial por publicidad. Según las autoridades de Italia, el piloto comunicó su cambio de domicilio en 2004 y es precisamente este periodo de tiempo, de 2000 a 2004, el que ha sido investigado.Rentabilizar la imagenLa verdad es que con un currículum debidamente alterado y aireado en los periódicos, Rossi ha sabido rentabilizar brillantemente su imagen. Prueba de ello es que las revistas del corazón le muestran como el joven mejor valorado por las madres italianas. En 2004 sólo sus patrocinadores le valían unos 6,8 millones de euros: 2,5 millones de euros de la compañía de cervezas Nastro Azzuro, 1,6 millones de Telecom Italia, 1,2 millones de la Dainese, 1 millón de la empresa de casco Agv y 0,5 millones de euros de la empresa química Kerakoll. Poco a poco, acrecentó también su fortuna en construcciones. Único italiano en la lista Forbes, el campeón italiano de 28 años es propietario, además de un yacht Pershing 50, de lujosas villas en las ciudades italianas de Tavullia, Pesaro y su natal Urbino, así como en Londres e Ibiza, donde suele pasar sus vacaciones de verano.