La crisis ha supuesto un cambio de escenario en el panorama empresarial y, con ello, la exigencia de adaptarse a esta nueva situación para sobrevivir."Las empresas necesitan introducir cambios en sus procesos para aumentar la productividad", resume Juan José Pintado, profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) y autor del libro El economista en casa. Una opinión que coincide con la de no pocos organismos vinculados al sector empresarial. Pero el escenario de la crisis ya ha dejado de ser una inoportuna novedad; lleva un tiempo instalado en el mercado español, lo que significa que las empresas, y especialmente las pymes, que son las más numerosas y también las más afectadas por la situación, han tenido tiempo de tomar las decisiones apropiadas con las que adaptarse. ¿Lo han hecho bien?, ¿lo han hecho mal?, ¿están aplicando los mecanismos correctores adecuados o, por el contrario, suspenden en esta materia? Parece que la sensación general es de aprobado raspado, al menos para una de cada dos compañías. Precisamente el CEF ha elaborado un examen con más de 800 encuestas para medir este efecto. Y la primera conclusión es que el 53% de los trabajadores y directivos consultados considera que su empresa "está tomando las medidas adecuadas y está sabiendo gestionar de una manera correcta y sin tapujos los posibles problemas y obstáculos que se pueden encontrar en este periodo de crisis". Despidos selectivos ¿Cuáles son esas asignaturas en las que mejor nota han sacado las pymes? Las valoraciones más altas se sitúan en los criterios seguidos para ajustar la plantilla. En este sentido el 63,81% de los encuestados considera que, a la hora de despedir personal, se ha despedido a aquellas personas cuyas aportaciones a la productividad de la empresa eran más dudosas, con independiencia de su nivel salarial y antigüedad. Sólo un 14% considera que los miembros despedidos representan una pérdida importante de experiencia profesional. Pero ante esta nota que califica el modo de reducir las plantillas como acertado en más de 6 de cada 10 empresas, existe un contrapunto que se ha convertido en una de las asignaturas pendientes de la pyme: fidelizar a los trabajadores y aumentar su implicación con la compañía. Porque a pesar de que un 51% afirma que el mensaje que transmite la empresa a los empleados en tiempos de crisis es un mensaje destinado a reforzar esta implicación, tan sólo tres de cada diez trabajadores (el 34,9%) se siente verdaderamente integrado y dispuesto a arrimar el hombro. Recortes de carrera La nómina de empleados no ha sido la única partida en la que se han producido ajustes. También se ha procedido a meter la tijera en otras áreas, con desigual resultado. En seis de cada diez pymes se afirma haber cortado de raíz los gastos superfluos, como fiestas, cenas o regalos de empresa. Pero, ¿consideran todas las compañías como superfluo lo mismo? "Hay una coincidencia, aunque menos, en que esa política de reducción de gastos ha llevado a recortar partidas destinadas a la formación", explica el profesor Pintado. "Es muy difícil convencer (a las pymes) de que no recorten por ahí, porque su situación exige reducir gastos de algún sitio". Aunque quizás el de la formación no sea el lugar más indicado. Estas reducciones podrían explicar en parte por qué más del 65% de los empleados no se siente verdaderamente integrado en la empresa para la que trabaja, al ver reducidas sus opciones de promoción y carrera interna mediante la adquisición de una mejor formación en la compañía. Incluso existe un 27,7% que considera que el espíritu de la empresa "está por los suelos, flaquea el ánimo y la confianza en los directivos", según respuestas textuales del estudio realizado por el CEF. El día de mañana Despidos y reducción de gastos complementarios son las principales medidas que han aplicado las pymes españolas, con un grado de éxito variable en el que sólo una de cada dos empresas considera haber hecho bien sus deberes y el 37% refleja necesitar algunas medidas correctivas. "Lo importante para tomar estas decisiones", arguye Pintado, "es pensar en el día después de la crisis", y aquí radica la gran asignatura que las pymes tienen pendiente para septiembre: seis de cada diez no diseñan estrategias a medio y largo plazo pensando en el momento que remita la crisis, y una de cada cuatro no adopta ninguna estrategia que no sea la de pensar en el día a día.