Un informe reclama mayor toma de control en estos centros por parte de los propios médicosProponen separar el gobierno, en el que ganarían peso los profesionales, de la gestión cotidianamadrid. El mercado, el producto y el cliente serán los nuevos estimulantes para dar sostenibilidad económica y valor social a un modelo de hospital que se considera agotado. Y la financiación no es la vacuna para evitar la crisis. Todos los esfuerzos que se hagan sólo serán parches porque el problema de fondo no es financiero, sino de cambio del modelo. Así lo cree el doctor Francesc Moreu, director de un ambicioso estudio que plantea 105 pautas o recetas que marcarán la organización y gestión de los hospitales del futuro. Pero esto no quiere decir que los centros tengan que sacar bandera pública o privada. Según las respuestas de los 812 expertos consultados, de 64 hospitales de las 17 comunidades autónomas, no hay diferencia entre métodos de gestión porque el fin último es "la rentabilidad económica o social" y el sector público debe ser tan eficiente como el privado.Salvado este escollo, los expertos abordan algunas de las inercias que han hecho encallar el actual modelo jerárquico y estanco de hospital. Una de las que más condicionan es la escasa motivación de sus profesionales. Para cambiar esta tendencia nada mejor que aumentar la capacidad de gestión y fijar incentivos que relacionen riesgo con resultados. Profesionales motivadosAunque el doctor Francesc Moreu aseguró durante la presentación de este estudio patrocinado por Sanofi Aventis que no se trata de promover ninguna revolución porque el sector sanitario "sólo admite reformas", lo cierto es que se propone la toma de control de los centros por parte de los profesionales.La justificación es sencilla. Si se quiere que el nuevo hospital gire alrededor de las necesidades y expectativas de los ciudadanos, los profesionales deben estar motivados porque ya no será importante el qué se es o el qué se hace, sino el cómo se hace y, sobre todo, con qué resultados. Esta será la estructura salarial del futuro en la que tendrá mayor peso la retribución variable. Este enfoque implica necesariamente que el núcleo del negocio hospitalario, el que consiste en identificar quiénes son los clientes (los pacientes) potenciales, qué necesidades o expectativas tienen (salud) y qué productos o servicios necesitan (tratamientos) lo gestionarán sus expertos, es decir, sus profesionales médicos o enfermeros. Por el contrario, el día a día de la empresa, del lugar donde se lleva a cabo la actividad, será cosa de los gestores tradicionales que estarán supeditados al director de cada servicio. Este es, al menos, el nuevo reparto de poder que pasa "de los que manejan la empresa, a los que propician el negocio", según los expertos entrevistados, de los que el 51 por ciento son médicos, un 24,5 por ciento directivos, el 16,5 por ciento enfermeros y el 7,5 por ciento gerentes.La separación entre el gobierno y la gestión de los centros hospitalarios es así una de las reformas para reinventar unos hospitales anclados en el pasado que no se han adaptado a los cambios sociales ni al mayor protagonismo de las tecnologías. Para reformular el modelo hay que tender hacia el hospital mall, que funcione como centros comerciales donde coexisten diferentes fórmulas de vinculación de cada negocio con la empresa. Socios de un negocioLas personas que trabajen en cada una de las unidades (servicios médicos, unidades de gestión clínica, etcétera) serán socios que forman parte de un negocio, en lugar de adjuntos, y los líderes de cada departamento deberán asumir el papel de product managers, para atender no sólo a los nuevos pacientes-clientes con los mejores productos y servicios, sino también la cuenta de resultados.Otra de las claves es que el hospital no será sólo un centro de diagnóstico y terapéutico, sino también de pronóstico. La genómica y la medicina preventiva tendrán mucho que decir: no hay mejor médico que el que cura antes de que aparezcan los primeros síntomas. La primera consecuencia de hacer bueno este objetivo, según el doctor Moreu, es que se borrarán las fronteras entre atención primaria y atención especializada, para buscar un tratamiento integral del paciente sin compartimentos estancos.Y es que la demanda de servicios ha cambiado. El ciudadano reclama servicios públicos "pero con estándares de calidad privada", se destaca en el informe. El nuevo cliente no puede deambular por el hospital en busca de la puerta y servicio donde le atiendan, ni estar perdido en una lista de espera diagnóstica o quirúrgica.