Un barcelonés inventa un mecanismo para ahorrarse horas frente a la tabla de plancharMADRID. Dicen que en época de vacas flacas o de necesidad es cuando más ideas se asoman a la cabeza. Algo así le ha pasado a Isidro Sellarés, un barcelonés que dejó su ciudad por amor hace 12 años y se trasladó a Zaragoza, donde sigue viviendo.Con un trabajo como agente de seguros en el que fue ascendiendo, a Isidro le quedó tiempo para ocuparse de la crianza de sus dos hijos los seis primeros años, y recuerda cómo en esos momentos se le ocurrió el primero de sus inventos. "Llamaba a mi mujer continuamente para preguntarle cómo podía saber si la leche del biberón estaba caliente. Ella me decía que probara en el antebrazo. Así surgió la idea del termómetro con biberón", dice. Un invento que no llegó salir adelante a pesar de los casi 30.000 euros y miles de horas invertidas. "Problemas de burocracia" impidieron el primer intento. Pero la historia de amor se acabó hace dos años y la pareja se separó. La hermana de Isidro le pidió entonces que cambiara de vestuario porque iba muy clásico, así que acudió a Adolfo Domínguez dispuesto a cambiar de imagen. Pero la llegada a su armario de camisas de lino le ocasionó no pocos problemas con las arrugas, y aún recuerda que la única vez que discutió con su mujer fue también "por culpa de la plancha". Así nació Simple Easy, un cuerpo principal en forma de percha con un sistema de pinzas, las cuales tienen el peso estudiado para que estiren la ropa húmeda sin deformarla y un gancho para colgar del tendedor o la barra de armario, con un cierre de seguridad para evitar que se caiga. El invento quedó registrado y patentado en España por 6.000 euros y en Europa por unos 30.000 "que aún no he dejado de pagar", comenta Isidro.Simple Easy se pondrá a la venta en grandes superficies esta primavera y después del verano en Alemania e Italia, a un precio que este inventor se resiste a dar. "Lo que vale un CD o una camiseta"", dice con prudencia. Isidro se ha paseado por varios establecimientos presentando su invento, y lo que tiene claro es que con las horas de plancha que ahorrará servirá para algo. "Seguro que la gente se separa menos", dice rotundo.