bruselas. George Remi habría sido un belga perfectamente desconocido si no hubiera adoptado el pseudónimo Hergé. No porque su mayor acierto fuera firmar sus dibujos desde 1924 como Hergé, resultado de la inversión de sus siglas (R. G. o Remi George) y, por supuesto, de pronunciarlas en francés. Sino porque bajo esta identidad creó en 1929 al intrépido reportero Tintín, uno de los héroes del cómic más célebres del planeta, que va ya camino de los 80 años con una envidiable salud. George Remi, por su parte, habría cumplido 100 años el pasado martes si no hubiera fallecido el 3 de marzo de 1983 en Bruselas, ciudad en la que nació el 22 de mayo de 1907.Mientras Bélgica, un santuario para los amantes del cómic, celebra el centenario de uno de sus autores más traducidos a lo largo y ancho del planeta, multiplicando actos conmemorativos y exposiciones, Tintín confirma año tras año que es una máquina de acuñar dinero, por la que no pasa el tiempo.Según las cifras publicadas esta semana por La Libre Belgique, uno de los dos rotativos de referencia de la mitad francófona de Bélgica, la explotación de los derechos generados por Tintín o Tantán -la pronunciación francesa de Tintín para un oído español, además de sonar muy nasal, hace que las íes se conviertan en aes- mueve cada año unos 20 millones de euros. Alrededor de un millón de albúmes de este personaje son vendidos anualmente con el sello de la editorial Casterman. La facturación generada por Tintín se eleva a una quinta parte (unos 7 millones de euros) del total de esta empresa (35 millones de euros). En sus orígenes, allá por 1929, Tintín no aparecía en los albúmes de pastas duras que hoy asociamos automáticamente con él, sino en un suplemento para jóvenes del diario Le XXe Siècle. En 1942, por encargo de la editorial Casterman, Hergé se adaptó al formato de los álbumes éstandar, con 64 páginas a color.Pero los siete millones de euros de ingresos por vender las historias del jovenzuelo cuyo tupé nunca se despeina por más peligrosas que sean sus tribulaciones, apenas suponen la mitad de la renta que genera la venta del merchandising. Dificílmente un turista abandona Bruselas sin pasar, entre otras, por la tienda de artículos de Tintín junto a la bellísima Grand- Place. Los recuerdos y los regalos con el cuño de Tintín van a parar a la empresa Moulinsart, encabezada por la viuda de Hergé: Fanny Vlamynck, con la que George Remi contrajo matrimonio en segundas nupcias en 1977. Boda que se produjo apenas seis años antes de que Hergé abandonara este mundo, dejando como legado unos pingües derechos de autor. Aunque para que toda la verdad sea dicha, y no sólo las pequeñas maldades, la relación se remontaba a 1960.La facturación anual de esta empresa alcanza los 16,5 millones de euros. El 25 por ciento de los ingresos provienen de la venta de productos textiles (camisetas, toallas, etc.); el 60 por ciento de todo tipo de otros productos derivados; el 8 por ciento corresponde a los derechos de edición y el 7 por ciento de asociaciones para organización de eventos y la edición de una nueva serie de sellos de correos que Bélgica ha editado con motivo del centenario del nacimiento de Hergé.Otra de sus actividades es perseguir y denunciar los productos fabricados y vendidos sin licencia, lo que provoca una intensa actividad ante los tribunales. Moulinsart calcula que cientos de miles de camisetas son piratas, como en el caso de cualquier gran marca. Además de querellarse sistemáticamente contra todo aquel que vende productos falsos vía Internet, los herederos de los derechos de autor también reciben el apoyo que suponen las denuncias de los coleccionistas de artículos de Tintín, quienes se preocupan de manera activa de garantizar la exclusividad de sus colecciones.FundaciónEn el negocio generado por Tintín también interviene la fundación sin ánimo de lucro Studios Hergé, que se encarga de la promoción y de la defensa de la imagen y de la obra del autor. Además de organizar exposiciones y otras manifestaciones relacionadas con la obra del creador belga, la empresa Moulinsart y la fundación Studio Hergé cuentan con 75 colaboradores que equivalen a 60 puestos de trabajo fijos.DreamWorks anunció hace poco más de una semana el proyecto de realización de tres películas. Serán adaptaciones de las aventuras de Tintín, a cargo de Steven Spielberg, Peter Jackson y un tercer director cuya indentidad aún no ha sido desvelada. La negociación de los contratos fue larga pero hace ya seis meses que las grandes líneas del acuerdo habían quedado delimitadas: entre ellas figuraba una primera elección de las aventuras originales de Tintín que serán objeto de la futura adaptación cinematográfica y las garantías reclamadas por los herederos de los derechos de autor de Hergé de que se respete la obra. El resultado final debería llegar a las salas de cine a partir de 2009.