Michael Eisner, ex consejero delegado de Disney, reveló cómo unir la creatividad y la gestiónmadrid. Michael Eisner tiene voz de personaje secundario de película de Disney, compañía que dirigió durante 21 años y a la que transformó de puro negocio de entretenimiento en un auténtico imperio mediático. Ayer estuvo en el segundo y último día de Expomanagement para hablar de creatividad y gestión, dos conceptos que con los años conoce muy bien. Pero empezó hablando de la palabra más pronunciada durante los dos días del encuentro: el éxito, del que dijo que sólo se consigue con ideas, con inspiración... "Hay varias teorías al respecto, pero al final todo se reduce a algo muy simple: lo que yo llamo la caja financiera. ¿Qué metemos en esa caja? La creatividad, las ideas, pero deben ir siempre acompañadas de disciplina fiscal", aclaró. Pero esa creatividad debe traducirse en algo más. "En los negocios, una buena marca es el mejor regalo que te puedes hacer", dijo el que fue durante mucho tiempo la cabeza visible de dos emblemas como Disney y la cadena de deportes ESPN. Artífice de bombazos mediáticos como la serie Raíces en la cadena ABC, En busca del arca perdida durante su época en la Paramount y El rey león en Disney -cuya primera escena reprodujo en la sala con la canción The circule of life en al menos ocho idiomas-, Eisner también ha vivido fracasos, de los que habló, pero muy poco. "Alguien me dijo una vez que la forma más segura de garantizar un éxito es doblar la tasa de fracasos". Pero sí habló de dificultades, como por las que pasó durante la gestación de Eurodisney. Aunque primero aclaró la elección del lugar, teniendo en cuenta que se encontraba en el país por el que muchos apostaron desde el principio. "Desde el principio se manejaban Francia y España. Pero España no era lo que es hoy. Francia tenía mejores infraestructuras, más renta per cápita para gastarse en ir a ver a Mickey Mouse, estaba más situada en el centro de Europa y el gobierno puso mucho de su parte para convencernos, como una parada de metro en la misma puerta del parque", aclaró. Pero también hubo problemas. Como las inoportunas declaraciones que hizo el entonces presidente de la República, François Mitterrand, cuando dijo aquello de: "No me gusta Disney". "Eso no nos ayudó demasiado -bromeó Eisner-, pero lo curioso es que Mitterrand nos había llamado para pedirnos regalos para sus nietos, y su primer ministro Laurent Fabius nos había pedido peluches para sus hijos. ¡Y se habían negado a ir a la inauguración!". Eisner tuvo hueco para la autocrítica. Contó cómo a veces las expectativas y la realidad no coinciden. "Pensábamos que Eurodisney sería un auténtico éxito desde el principio. ¿Quieren saber qué pasó?", dijo. Eisner dio paso a un vídeo en el que se vieron los disturbios con los que algunos franceses dieron la bienvenida al ratón más famoso de la historia. Relaciones públicasAl final, Eisner contó con la ayuda de un relaciones públicas de lujo: George Bush. "Durante una cena en Houston le conté nuestros problemas en Francia y me dijo que Mitterrand era amigo suyo y que ya haría algo", reveló. Varias semanas después, el ex presidente de Estados Unidos se presentó en París con toda su familia y se alojó en el hotel de Eurodisney. "Invitó a Mitterrand a cenar allí, y éste se negó; quería que el encuentro fuera en el Elíseo", dijo. Pero se trataba del presidente de EEUU, y Mit´terrand acabó yendo. Después de la cena se vio obligado a dar un paseo por el parque con Bush... y unos 150 fotógrafos. "Tocó posar y Bush dijo ¡François, sonríe! Sonrió y fue la portada del día siguiente de todos los periódicos de Francia".