Quizá porque su libro está prologado por Alberto Ruiz-Gallardón y porque quedan ocho días para las elecciones municipales y autonómicas, Gildo Seisdedos no quiere mencionar los nombres de las ciudades a cuyos ayuntamientos ha asesorado en materia de gestión. Pero critica sin tapujos los modelos de determinadas ciudades y alaba el de algunas denostadas, como Benidorm. P El subtítulo del libro -Del 'city marketing' al 'urban management'- ya dice muchas cosas. ¿Qué pasa, que la gestión de las ciudades se ha reducido a hacer de ellas una marca atractiva para los turistas?R Se ha producido una bonsainización del término. Parece que basta con unos cuantos carteles, un par de folletos y un edificio de autor que sirva de emblema. Pero no es una cuestión de imagen solamente; son infraestructuras y servicios también. Lo que le interesa al turista y al residente son cosas totalmente distintas, y los ayuntamientos deberían tenerlo en cuenta. P Pero no hay fórmulas básicas... R Es que hasta ahora, la herramienta básica de gestión ha sido el Plan General de Ordenación Urbana. Vamos, dónde pongo las casitas. Pero ahora hay que valorar aspectos como la inmigración, el medioambiente... Importa la gestión del agua, de la energía, del tráfico, de la cultura, la movilidad digital, etcétera. Las ciudades son la Administración más cercana al ciudadano, pero hasta ahora han basado su gestión en las tres bés: baches, basuras y bombillas. P ¿Y qué ciudades lo han hecho bien? R Madrid ha cambiado radicalmente en cuatro años, ha pasado de 0 a 100. Aunque para mí, el mejor ejemplo es Singapur. Ha creado un oasis en medio del desierto y han desarrollado el concepto de barrio, cuando nosotros lo tenemos desde hace años. Creo que las mejores decisiones surgen de la necesidad. Fíjese Bilbao, que o hacía algo, o moría. Barcelona y Valencia han optado por la búsqueda del evento. En el caso de Barcelona primero fueron las Olimpiadas, pero pensaron: si no hay evento me lo invento. Así surgió el año Gaudí, el Fórum de las Culturas... Y consiguieron lo que querían, que la Diagonal llegara hasta el mar. P La verdad es que mal no les ha ido... R A muchos les ha servido de ejemplo para aplicarlo en sus ciudades. Porque va a haber una segunda edición del Fórum que se va a celebrar en Monterrey (México). P Valencia es una ciudad que ha cambiado de forma espectacular en sólo unos cuantos años. ¿Le gusta? R Han hecho un desarrollo coherente, con arquitectos como Santiago Calatrava, que ha realizado proyectos con un toque de gótico revisitado. Y la han posicionado en temas científicos. P Todas no lo habrán hecho tan bien, ¿no? R Bilbao no ha hecho cosas tan coherentes. Han querido hacer de la ciudad una potencia cultural, pero ese lado ha eclipsado al Bilbao de toda la vida, que no tiene nada que ver con los museos. Yo creo que siempre hay que mirar hacia atrás para alcanzar el futuro. P ¿Son más difíciles las ciudades grandes o las pequeñas para actuar sobre ellas?R Las pequeñas y medianas son muy agradecidas porque son muy abarcables. Les resulta más difícil competir por la globalización pero al mismo tiempo esto les permite especializarse.P ¿Hay algo que deteste del urbanismo actual?R Me gustan las ciudades holandesas, son recogidas y en cuanto se acaban surge el campo. Eso aquí no pasa. Hoy vivimos lo que los expertos llaman urban sprawl, un auténtico desparrame urbanístico como el que tienen las ciudades americanas, lleno de urbanizaciones. Y ocurre justo cuando los estadounidenses se han dado cuenta de que este modelo es una basura y están volviendo a la ciudad compacta. A mí, por ejemplo, me gusta el modelo de Benidorm, una ciudad compacta que crece hacia arriba y consume poco suelo.