El vestido y el banquete se llevan la mayor parte del presupuestoMADRID. Llega la primavera y, con ella, la temporada de comuniones. Una ocasión que, más que una fiesta para el niño y la familia, se ha convertido en una especie de miniboda en la que no falta de nada.Según los datos de la Confederación de Consumidores (CECU) el precio medio de una comunión supera ya los 3.000 euros: 3.520 en el caso de las niñas y 3.275 en el de los niños.¿Pero cómo gastarse tanto en una fiesta en la que el anfitrión no supera los diez años? La mayor parte del presupuesto se la llevan el vestido y el banquete.Los chicos -entre los que se sigue imponiendo el traje de almirante con su obligado juego de cordones y botones dorados- gastan en ropa unos 350 euros. Por su parte, las chicas -con bolsito, guantes y demás extras- gastan sólo en indumentaria 595 euros de media.La segunda partida más importante se la lleva el banquete, que ya nada tiene que ver con las comidas familiares. La CECU afirma que encontrar un menú por menos de 40 euros es complicado, y calcula que el gasto medio es de 2.400 euros. Eso, en un convite de sólo 50 invitados, una cifra bastante inferior a lo habitual.Y suma y sigue: fotografías y recordatorios (525 euros), peluquería y joyas (entre 60 y 80 euros)... así hasta alcanzar el medio millón de las antiguas pesetas. Mejor no pensar en lo que vendrá después: confirmaciones, bodas... y hasta divorcios.