Casi 1,6 millones de mujeres atacarán a la cadena para que su sueldo sea igual que el de los hombresLa firma anunció ayer que pagará 530 millones de dólares en gratificaciones a sus empleadosnueva york. La reputación laboral del mayor minorista del mundo, Wal Mart, siempre ha dejado mucho que desear. Muchos han sido los intentos fallidos por parte de la compañía para acabar con los rumores de abusos, salarios irrisorios y horarios rocambolescos con los que la cadena de supermercados recompensa a su plantilla. La compañía arrastra una mala fama que aún no ha terminado de disiparse. Hace años, seis mujeres decidieron coger el toro por los cuernos y acusaron al gigante de discriminación de género. Ahora, tiempo después de lanzar aquel desafío, la firma podría ver cómo su peor pesadilla se hace realidad, ya que cerca de 1,6 millones de mujeres atacarán a la compañía en lo que promete convertirse en el caso de estas características más grande de la historia de Estados Unidos.Y eso que la firma dio ayer un golpe de efecto y anunció que pagará 530 millones de dólares en gratificaciones a sus empleados de Estados Unidos tras enfrentarse a las presiones para mejorar los salarios y las condiciones laborales.Los pagos los recibirán 813.759 empleados, tanto con contrato a tiempo parcial como a tiempo completo, así como para los de su filial Sam's Club, según el comunicado de la empresa, que planea pagar gratificaciones cada trimestre, en vez de una vez al año. Dukes v. Wal Mart"Me marchaba a casa llena de odio, dolida, me veía completamente capacitada para tener sesiones de training y nunca me lo ofrecieron... intentaba controlarme porque no quería desatar toda mi ira contra mi supervisor y que me despidieran del trabajo", afirma Betty Dukes, una de las mujeres que presentaron la demanda original que, bajo el nombre de Dukes v. Wal Mart, encendió la mecha de un caso que ha alcanzado expectativas sin precedentes y que podría escarmentar de una vez por todas al corporate estadounidense. Originalmente la demanda fue presentada en 2001, pero hasta junio de 2004 el juez Martin Jenkins, encargado del caso, no dictó sentencia. Por supuesto, el resultado fue sorprendente, ya que para Jenkins "Wal Mart había instaurado de manera sistemática salarios más bajos entre sus empleadas y, además, había anulado las promociones entre sus trabajadoras". Por estas mismas razones, el juez dio una bofetada al minorista al considerar que el caso Dukes podría pasar a considerarse una demanda colectiva en la que podrían incluirse las cerca de 1,6 millones de mujeres que trabajaron o continuaban en la compañía desde el 26 de diciembre de 1998.Por aquel entonces, Wal Mart no dudó en responder ante el tribunal de apelaciones del Noveno Distrito alegando que la decisión era inconstitucional y quiso impedir verse acorralado económica y "emocionalmente" por este hecho, que podría acabar definitivamente con su reputación y hacer mucho daño a su cartera. De momento, este tribunal ha concluido que el caso contra el minorista debe seguir manteniendo su carácter colectivo, una opinión que coincide con la de otros jueces de apelaciones que están de acuerdo en afirmar que el caso debe tener ese alcance y así no obstruir con demandas individuales los juzgados estadounidenses. Ahora, la compañía espera comparecer de nuevo ante el tribunal del Noveno Distrito y, además, amenaza con llevar el caso al Tribunal Supremo.Como parte del caso Dukes, el profesor de la Universidad Estatal de California, Richard Drogin, realizó un estudio independiente para determinar qué tipo de prácticas demostraban que Wal Mart discriminaba a sus empleadas. Así se descubrió que las trabajadoras por horas cobraban 37 céntimos menos que sus homólogos masculinos mientras que las ejecutivas del minorista ganaban hasta 5.000 dólares menos anualmente que sus colegas del sexo opuesto. Además, pese a que el 72 por ciento de la fuerza laboral de Wal Mart son féminas, sólo un 33 por ciento de los puestos ejecutivos están ocupados por ellas.Ellos, una carrera; ellas, no Una de las mujeres incluídas en la demanda aseguraba que su supervisor llegó a decirle: "Los hombres están en esta compañía para hacer una carrera y las mujeres no. Este negocio permite que las amas de casa ganen algo de dinero extra para sus familias y nada más". La cosa no acaba ahí, ya que una de las encargadas de uno de los establecimientos del minorista explica cómo se vio obligada a permanecer en un clup de strip tease acompañada por otros siete ejecutivos de la compañía tras una reunión de negocios. Para Olga Vives, vicepresidenta de la Organización Nacional de Mujeres (NOW, por sus siglas en ingles), no hay duda de que el minorista "ofrece los productos más baratos del mercado abusando de sus trabajadores, en este caso de las mujeres". Vives explicaba a elEconomista cómo NOW ha organizado numerosas actividades para concienciar a los consumidores sobre la evidente discriminación de género que esta compañía realiza a sus empleadas. s Más información sobre este tema en www.eleconomista.es