Convertido en un gurú de las tendencias en gestión empresarial, Mats Lindgren recorre foros europeos explicando los cuestiones que más preocupan en el entorno laboral. Después de finalizar su tesis doctoral, se convirtió en uno de los pocos especialistas mundiales en management estratégico en entornos empresariales turbulentos. Lindgren lleva más de una década investigando las tendencias de los jóvenes y el mundo laboral. P ¿Cómo definiría un entorno empresarial turbulento?R Cualquier entorno actual puede convertirse en turbulento. Es aquel que combina complejidad, velocidad en los movimientos y en las reacciones, presión de las finanzas y la importancia de la comunicación. Requieren un tipo de management distinto porque hay diferentes elementos que se mueven muy rápido y que es necesario gestionar a tiempo. P ¿Cómo sobrevivir a este entorno tan común hoy en día? R Es como una sesión de gimnasia. Hay que combinar robustez y agilidad, trabajar rápido pero con firmeza. P ¿Dos ingredientes son suficientes para sobrevivir? R La curiosidad también es importante. Las empresas que sobreviven y tienen éxito son las capaces de entender este entorno y las que se preguntan cada día el porqué de las cosas, como los niños. Para ellos cada día es nuevo y juegan a entenderlo con preguntas. La empresa debería hacer lo mismo; no sólo pensar tanto, también jugar. P ¿Los directivos juegan? R El reto actual del liderazgo es jugar a ser un buen padre para enseñar al niño (empresa) a jugar y a experimentar con el entorno.P ¿Cuáles son los valores que deben predominar en la empresa actual? ¿Y en los emprendedores? R No planificar tanto, ser eficientes en el aquí y en el ahora aunque sin perder la visión de futuro, y ser excelentes en la planificación. La curiosidad, la verdad y el entregar a tiempo las tareas de cada uno ayudan bastante a la consecución de estos valores. Los emprendedores deben compartir al cien por cien estos valores. P ¿Cederán las compañías a las exigencias 'mercenarias' de las nuevas generaciones que vienen? R Parcialmente sí, pero nunca del todo. A veces estos jóvenes tienen expectativas muy altas en compañías grandes. Uno de los restos de las empresas es saber cómo bajar los humos a los que llegan para que sean más realistas y que ase adapten mejor y más rápido a la realidad de la actividad empresarial.