MADRID. Repetidores de telefonía móvil que con un coste económico mínimo y utilizando energías renovables, como la solar o la eólica, hacen llegar la cobertura a lugares recónditos, rurales o donde es difícil obtener energía eléctrica. Es Solboost, una solución tecnológica muy innovadora y cien por cien española desarrollada además por una pyme joven, Retemsa, de 25 empleados y que opera desde 1998."El equipo de SolBoost está especialmente indicado para los países en vías de desarrollo, por eso nuestro enfoque es comercializarlos en el mercado internacional", explica José María Daza, director general de la empresa. De hecho, la tecnología ha sido probada a lo largo del año pasado en diversos países de Latinoamérica y en estos momentos, cuenta Daza, está siendo desplegada masivamente por un operador internacional en la región. Están ya operativos en seis países del continente americano, así como en Arabia Saudí.Una de las características más sorprendentes de SolBoost es su funcionamiento con energía solar o eólica, lo que hace abaratar el coste total de la instalación con respecto a equipos convencionales. De este modo, si consideramos éstos últimos, el coste puede rondar entre los 20.000 y los 100.000 euros, mientras que una instalación SolBoost equivalente puede estar entre 5.000 y 10.000 mil euros. Todo esto ha despertado ya el apetito de potentes operadores interesados en convertirse en clientes de Retemsa, como Telefónica, Orange y Vodafone, además de otros en el resto del mundo, especialmente de Marruecos y Turquía. Posición privilegiadaLo cierto es que la posición actual de Retemsa en los mercados internacionales es privilegiada. Desde la compañía aseguran que son número uno en su nicho de mercado y en estos momentos, "no existe un competidor con una solución en repetidores de señales de telefonía movil como Solboost". La competencia internacional existente en este segmento, como Andrew, Dekolink, Avitec, Powerwave o Coiler, "ofrecen repetidores convencionales, no comparables a la solución innovadora de Retemsa".Quien está detrás del invento y es el presidente y director técnico de Retemsa es Francisco Sánchez, que con sólo 36 años está hoy al frente de la empresa que fundó junto con su socio Ignacio Arrieta hace nueve años. Sánchez había constituido ya en el año 95 junto con tres amigos la empresa Primeras Tecnologías en Comunicaciones, germen de la futura Retemsa. La que iba destinada a convertirse en una mera oficina de proyectos de ingeniería, consiguió desarrollar y comercializar en poco tiempo una solución de telefonía implantada con éxito por Telefónica. El primer paso para saltar como empresa innovadora estaba dado.Retemsa colabora con la Universidad Carlos III de Madrid. "En estos momentos estamos preparando con ellos un ambicioso proyecto para el desarrollo de circuitos integrados", explica Daza. Él considera que la simbiosis universidad empresa es algo "importantísimo para crear el cultivo necesario para la innovación y el liderazgo en tecnología". Pero reconoce que en las áreas en las que trabaja Retemsa no se da lo suficiente: "Se echan en falta mecanismos para profesionalizar la gestión de esos proyectos en la universidad".También es importante, en opinión de Daza, que las grandes empresas apoyen a la extensa red de pequeñas empresas innovadoras: "Grandes bancos, integradoras tecnológicas, como Indra, o empresas de telecomunicación y energéticas". Apunta una última cuestión: "Necesitamos potenciar la mentalidad emprendedora promocionando otros éxitos, no sólo los del ladrillo. Que nuestros jóvenes tengan otras referencias empresariales, similares a las de Google y YouTube".