Las páginas web de las empresas ya tienen un rostro amable al que hacer preguntasMADRID. Se llama Anna, es sueca, pelirroja y tiene unos 25 años. Sonríe mucho y es amable cuando intenta responder a las preguntas que le hacen. Pero no la pueden tocar, aunque sí verla y charlar con ella en la página web de Ikea (www.ikea.es), la tiendas de muebles a la que todo el mundo ha ido alguna vez a por un armario.Anna es lo que se lleva ahora: la cara de la atención al cliente en la página web de una empresa. Una tendencia a la que cada vez se apuntan más compañías. El objetivo de la empresa que la ha creado, Artificial Solutions, es "reducir los costes de gestión, incrementando al mismo tiempo la satisfacción y la consistencia de la atención al cliente". La idea básica es, explican desde la compañía, "cumplimentar el nivel de atención automática con un segundo nivel de contacto personal". Es decir, que cuando uno busque productos en el catálogo de Ikea cuente con alguien que le oriente. La empresa DKV Seguros es otro de los clientes de Artificial Solutions. Esta empresa nació en el año 2001 y tiene sedes en Estocolmo, Barcelona, París, Hamburgo, Copenhague y Ámsterdam, y asegura que pronto estará en Tokio, Londres, Milán, Ljubljana y Madrid.El nombre de la compañía es curioso: significa Soluciones artificiales. Aunque a ese nombre lo acompaña el eslogan interacting naturally (interactuando naturalmente). Una mezcla de artificial y natural. Un nombre que no es ni frío, ni caliente. Que no dice ni sí, ni no, ni todo lo contrario.Esta amable azafata, la sueca Anna, tan sonriente, también tiene su carácter: si algún niño pretende marearla con preguntas tontas, le recordará que su labor es únicamente informar acerca de los productos de Ikea. ¡Jueguecitos a ella!