El 60% de los ejecutivos opina que la reputación de la empresa depende de los CEOMADRID. Ser consejero delegado de una gran compañía puede tener muchas ventajas: buenos coches, mejores comidas, casas en las zonas más chic de las capitales europeas...Pero como todo en esta vida, también tiene su parte negativa. Y si está muy bien llevar un nivel de vida no apto para el resto de los mortales, también es cierto que la responsabilidad es máxima, y, cuando hay un problema, suelen ser los cargos más altos los que tienen que cargar con la culpa e intentar salir del bache.Según un estudio realizado por la consultora Weber Shandwick, esto es lo que ocurre en realidad, ya que casi el 60 por ciento de los directivos de las empresas culpan a los consejeros delegados (o CEO) cuando la compañía sufre por una crisis que daña su reputación.Factores amenazantesEl informe afirma que, de los 950 directivos encuestados, una media del 58 por ciento culpa al consejero delegado de las crisis en la empresa. En España el porcentaje se reduce hasta poco más de la mitad -el 52 por ciento- frente al 60 por ciento de los colegas americanos y el 57 por ciento de Asia y Europa.¿Pero, desde el punto de vista de los ejecutivos, cuáles son los factores más amenazantes para las empresas? El primer puesto lo ocupa -como no podía ser de otro modo- el dinero. Según el estudio de Weber Shanwick, el 72 por ciento de los ejecutivos opinan que lo que más gravemente puede dañar la reputación de una firma son las irregularidades financieras. En España, el porcentaje aumenta ligeramente, hasta alcanzar un 73 por ciento. En segundo lugar, está la falta de comportamiento ético. Para el 68 por ciento de los encuestados, ésta es otra de las situaciones que más pueden dañar la reputación empresarial, opinión compartida por el 72 por ciento de los ejecutivos nacionales.Otros de los asuntos contemplados en el estudio son aquellos relacionados con la RSC, como el respeto por el medio ambiente, la seguridad de los empleados y la legalidad de sus productos. En este caso, los que más sensibles se muestran con la naturaleza son los estadounidenses, mientras que los españoles se preocupan más por los fallos en la seguridad.