La patronal del sector se compromete a elaborar e implementar un plan de RSC MADRID. ¿Cómo aunar las exigencias del mercado de la moda actual con la garantía de que la cada vez mayor producción externa en fábricas del Tercer Mundo se hace respetando derechos laborales (y humanos) que establecen los diversos organismos internacionales? Parece ser la cuadratura del círculo, porque a día de hoy, aseguran cinco agentes sociales -Confederación Española de Consumidores y Usuarios, los sindicatos UGT y CCOO, Intermón y Setem-, tal garantía simplemente "no existe". Y se refieren de forma explícita a la "ropa que fabrican las marcas españolas". A lo que el sector se defiende. Ángel Asensio, presidente de Fedecon, Federación Española de Empresas de la Confección, que representa al 80 por ciento del sector, se ha comprometido a la elaboración de un plan de implantación de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) cuyas principales líneas fueron presentadas ayer.Una de las más importantes: establecer "los protocolos necesarios para concretar los procedimientos de seguimiento y verificación de los códigos de conducta". Unos códigos que la industria española, o al menos las empresas que integran Fedecon, como señaló su presidente, tienen desarrollados desde 2004. Firmados en Barcelona, establecen que las fábricas ubicadas en terceros países de las que se proveen tengan una serie de patrones éticos de actuación en lo laboral (negociación colectiva, erradicación de trabajos forzosos, explotación infantil y discriminación) y en lo medioambiental.Sin embargo, y como apuntó Eva Kreisler, de la organización Setem, "el problema no está resuelto con la existencia de códigos de conducta, lo importante es verificar su cumplimiento". Algo en lo que abundó Isidro Boix, de Fiteqa-CCOO, cuando explicó que "las empresas españolas hacen firmar códigos de conducta a sus proveedores pero no los controlan por el coste elevado que suponen las auditorías internacionales".Manufactura y desarrolloLo cierto es que con intensidad creciente las empresas españolas subcontratan la fabricación de prendas. Como recordó Asensio, "manufactura es inversamente proporcional a país desarrollado", lo que se traduce en que hoy el 40 por ciento de la fabricación se hace en terceros países. "Con el tiempo, la proporción será inversa: 40 por ciento fabricación en España, 60 por ciento en fábricas en el exterior". Boix reconoció haber visitado fábricas en China, Marruecos, Turquía y Portugal, "de las que se abastecen empresas españolas" y en las que "no se están ejerciendo derechos básicos".Isabel Tamarit, responsable de RSC de Intermón, por su parte, aportó otros datos reveladores, como que "tres de cada cinco mujeres en cadenas de producción textiles del Tercer Mundo están en situación de precariedad por ausencia de contrato y prestaciones sociales, o jornadas largas sin remunerar".