La crisis no perdona y las empresas han tenido que ponerse las pilas para adaptarse a la nueva situación económica. En primer lugar, el consumidor ya no se compra caprichos: el deterioro de su ingreso discrecional y la incertidumbre acerca de su futuro profesional le han forzado a cambiar sus prioridades de gasto.Lo que antes eran necesidades, ahora se han convertido en lujos. La gente sale menos a cenar, se compra menos ropa, no va al cine ni al teatro tanto como antes y renuncia a extras que hace algunos años eran parte de su día a día. Este cambio será uno de los temas principales que se abordarán en la séptima edición del Observatorio de Marketing organizado por elEconomista y BBDO, que se celebrará el próximo día 22 de octubre en las oficinas de este diario bajo el título Retail: nuevas estrategias para nuevos consumidores. El evento contará con la presencia de empresas de la talla de Swatch, Coca Cola y Google, entre otras. También han cambiado los soportes, gracias a la implantación de los formatos digitales. La promoción de Internet en el móvil y otros dispositivos como los reproductores de MP3; la expansión y la actualización de las redes, el lanzamiento de nuevos y mejores dispositivos, el incremento en la penetración de la banda ancha en los hogares y oficinas, y el crecimiento de puntos de conexión wifi hacen que el consumidor esté conectado permanentemente. El cliente está ahora en comunicación constante con el resto del mundo y es obligatorio conocer y cubrir sus necesidades. El nuevo consumidor La consecuencia de todo lo anterior es que el consumidor ha cambiado. Ahora, es consciente de que él manda y exige tener todo a su disposición cuando quiere, como quiere y donde quiere. No ocurre como antes, cuando las empresas ofrecían sus productos al consumidor y le convencían para que los comprase; ahora, ellas están al servicio del comprador. Las marcas que quieran ganar la partida a la crisis tienen que estar omnipresentes en todos los canales a los que puedan acceder: Internet, papel, televisión... Y no sólo para recordar al consumidor su existencia con mera publicidad o producto, sino con la finalidad de, al menos, cubrir sus necesidades: ofrecer un contenido personalizado que le genere valor agregado al consumidor ; contar con herramientas que le permitan compartir con sus redes sociales; facilidades para investigar o comprar en cualquier momento, desde cualquier lugar y con cualquier dispositivo... El principal reto que enfrentan las marcas de retail en sus estrategias de marketing es cómo utilizar los distintos canales para reconvertir lo que se considera un lujo en una necesidad y generar la compra inmediata. Conocer al cliente Este reto no es sencillo y presenta unas decisiones difíciles para las marcas. Por ejemplo, deben conocer mejor al cliente para incitarlo a la compra, pero ¿cómo consiguen conocerlo? También deben aprender a coordinar las estrategias multicanal. Otro aspecto clave es la necesidad de utilizar la tecnología para agilizar la gestión y reducir costes simultáneamente. Surgen más preguntas: ¿cómo cambiará la forma de compra en el propio espacio de tienda? ¿El personal con el que cuentan está entrenado y tiene la cultura adecuada para responder a sus necesidades? En resumidas cuentas, el marketing está reinventándose en una etapa en la que vender es bastante más difícil que antes. En un momento en el que los presupuestos publicitarios se ven reducidos por el recorte de costes en las compañías, es vital sacar el máximo partido de cada acción y optimizar el rendimiento que se obtiene de cada euro invertido, un aspecto que también se abordará en el observatorio que se celebrará el próximo jueves. Para ello, resulta fundamental conocer a fondo al posible comprador, un reto cuyas claves desgranarán los protagonistas del encuentro.