madrid/barcelona. "Yo no tengo ningún problema. En el Barcelona hay dos grupos, uno es del presidente y el otro es de otra persona, que son los que están preocupados tras saber que he vuelto. Si alguien tiene los huevos de decirme a la cara las cosas, que me lo diga. Ésta es la guerra de dos personas en la que yo me llevo todos los palos". A estas alturas, ya es de sobra conocido que la persona que habla es el jugador del F. C. Barcelona Samuel Eto'o. Todo empezó el pasado domingo cuando se negó a jugar los últimos minutos del partido de Liga, algo que él sigue negando. Una salida de tono que puede perjudicar la imagen de un club que cuida su marca al mínimo detalle. El propio Barça ha negado cualquier problema de comunicación interno en el equipo y ha asegurado que no hará "declaraciones sobre el tema". Esta situación puede trasladarse a una empresa y la necesidad de control de la comunicación alcanza los mismos niveles que en el citado club de fútbol. Vigilar a la plantilla es fundamental para controlar estas situaciones."En el deporte, los recursos humanos son muy frágiles, porque el 20 por ciento del personal está inutilizado cada fin de semana. Eso es impensable en una empresa", aclara David Allen, profesor de Estrategia del Instituto de Empresa (IE). Es difícil controlar una situación en la que el empleado gana más que su jefe "y es una estrella". No es la primera vez que, con palabras, Eto'o parece más un tertuliano de El Rondo que uno de los mejores delanteros del mundo. "Es un tipo complejo, inteligente, pero también es joven, y vive las emociones de manera intensa", dice Allen. "Nadie es imprescindible en la empresa, tampoco en el deporte, pero es cierto que el equipo es mucho mejor con él", añade. El pecado de la imprudenciaLa imprudencia es, a juicio de Diego Vicente, el mayor pecado que ha cometido el jugador camerunés, el mismo que dijo el día de su presentación en Barcelona: "Voy a correr como un negro para cobrar como un blanco". Vicente, profesor de Comportamiento Organizacional del IE, cree que "los asuntos del equipo se deben ventilar dentro. Siempre se puede rectificar sobre la marcha, pero la credibilidad quedará en entredicho". Semejanzas hay muchas entre empresa y deporte (casi siempre el trabajo en equipo consigue mejores resultados), pero también hay unas cuantas diferencias. En pocos sitios un empleado gana más que su superior y además su trabajo es observado por millones de personas en todo el mundo. "Rijkaard tiene que gestionar un Gran Hermano en el que toda la plantilla está pendiente de quién mete la pata. Su actitud indicará si es o no inteligente", indica Allen. El entrenador. La persona clave de la que depende la resolución de este tipo de problemas, y cuyo carácter puede ser definitivo. "Es complicado gestionar un equipo de trabajo si no inculcas principios de honestidad y humildad. Y a estos señores del fútbol siempre se les paga, ganen o pierdan", señala Diego Vicente. Para el director general de la consultora de comunicación Llorente&Cuenca, Juan Francisco Polo, la responsabilidad cae en tres ámbitos clave: "El director general o presidente, el departamento de Recursos Humanos y en el de comunicación". Los expertos consultados aseguran que es "indispensable" contar con un plan de emergencia o contención aunque reconocen que siempre pueden darse situaciones sorpresa, como el caso Eto'o, a las que hay que reaccionar con un Plan B. "No ocultar lo que está ocurriendo, trasladar a los interesados y a la opinión pública qué ocurre, comunicarlo con naturalidad y, por último, tener claro que las personas son el valor fundamental de la empresa", indica Polo.La directora académica del Instituto de Directivos de Empresa, Esther Álvarez, afirma que el revuelo no afecta a la marca del club pero "si se traslada al día a día de la empresa", los patrocinadores o socios de la compañía pueden verse afectados. Álvarez asegura que el hecho de no controlar la comunicación interna desbarata la imagen de la empresa, o del club en este caso. Además "todo repercute en el ánimo y en rendimiento de trabajo del equipo", apunta.A José Antonio Sáinz, socio-director de la consultora Eurotalent, le toca ejercer de abogado del diablo. En su opinión, todo estaba planificado. "Eto'o es un mercenario mundial y sabe que tiene muchas novias. Lleva varios meses de baja y vuelve. El equipo, en su ausencia, ha seguido ganando aunque está inestable. Lo que ha hecho es aprovechar para poner el foco y dejar claro que durante el próximo mes, que tienen rivales difíciles, que si el equipo gana es gracias a él", dice convencido. Por eso cree que no habría que apartarle del equipo ni ponerle una sanción, lo mismo que decidió ayer el club tras una reunión entre el entrenador y el director deportivo. El camerunés se ha librado de la sanción pese a poner el grito en el cielo, sin encomendarse a nadie. ¿Suerte o cuestión de saber comunicar? ¿Se imagina qué ocurriría si cuestiona a su jefe en público?