madrid. Se trata de uno de los segmentos más apetitosos para todos los que viven en mayor o menor medida de este gran invento que es el turismo. Llega en grupo, gasta mucho, a lo largo de todo el año y en momentos alejados de los meses de verano turísticos por excelencia. Se trata del turista de congresos que da al sector todo lo que anhela: nivel de gasto alto y diversificado, desestacionalidad y alta ocupación.Por eso, no es de extrañar que cadenas hoteleras de todo tipo y administraciones públicas de toda España quieran captar con su mejor y más atractiva oferta a este público cada vez más exigente.Lugares de seducciónPor ejemplo, ¿qué congresista no se dejaría seducir por unos días de estancia en una antigua hacienda olivarera del sur rehabilitada en la que su convención pudiera completarse con un espectáculo ecuestre? ¿O acaso en un balneario de principios del siglo XX en el que poder recibir tratamientos exclusivos?Son sólo un par de propuestas en dos de las ciudades que más impulso están dando al turismo de congresos. La primera es posible en Sevilla, donde se han habilitado históricas haciendas y cortijos, lugares emblemáticos de la geografía andaluza, para acoger a este público. Una de las últimas en abrir es la exclusiva Hacienda Benazuza, del grupo El Bulli capitaneado por el prolífico Ferrán Adrià. Un cinco estrellas en Sanlúcar La Mayor.Pero es que en Sevilla capital, y al margen de su moderno Palacio de Congresos, ya se puede organizar un evento en lugares de tanto encanto como la Casa de Pilatos, residencia de los duques de Medinaceli, que data del siglo XVI. La segunda de las propuestas está ubicada en el corazón de Valencia, la tercera ciudad de congresos en crecimiento sólo por detrás de Madrid y Barcelona. Allí han rehabilitado el emblemático balneario de Las Arenas, de corte modernista, comprado por la cadena Santos y convertido en un resort de cinco estrellas gran lujo. Se ha respetado su aspecto y cuenta con dos salas con vistas al mar. También en toda la provincia hay masías acondicionadas para reuniones en las que se puede disfrutar del encanto de la huerta valenciana. El norte también es escenario de este novedoso boom turístico. Santander, por ejemplo, está demostrando un olfato especial para atraer congresos. Desde que en el año 95 se rehabilitó el emblemático Palacio de la Magdalena y hace tres años inauguró su Palacio de Congresos, el sector no ha parado de crecer.Y en todo esto, no podían faltar las cadenas hoteleras que completan la oferta con propuestas cada vez más sofisticadas. Hesperia inauguró el año pasado su imponente Hesperia Tower, en Barcelona, que cuenta con un centro de convenciones de 5.000 metros cuadrados divididos en salones para todas las necesidades. Esta cadena también cuenta con el exclusivo resort de La Toja, en el que la oferta congresual, en 17 salones, se completa con los tratamientos del famoso balneario y el disfrute de su campo de golf.Ayer, precisamente, otras de las cadenas que apuestan decididamente por este turismo, NH, inauguraba un nuevo establecimiento, el Constanza, también en la Ciudad Condal, muy próximo al auditorio Winterthur.En definitiva, se trata de un segmento que no pasa desapercibido para la patronal del sector, Exceltur, que en el balance del último ejercicio difundido en Fitur advirtió del empuje de los destinos urbanos. En 2005 se organizaron cerca de 14.000 reuniones en las que participaron unos 3 millones de personas.