Lo que más les preocupa es mantener una cultura corporativa unitaria para las sedes en el exteriorEspaña es el país que mayor orientación global ha tomado en los últimos 5 años, según Accenturemadrid. Los directivos de algunas de las compañías más relevantes de los cinco continentes lo reconocen: no están preparados para tener éxito como organización de alcance global. En concreto, el 22 por ciento así lo piensa, a pesar de que sus clientes, proveedores y hasta empleados tienen un perfil mucho más internacional que hace cinco años, según una encuesta de Accenture a cerca de un millar de directivos en el mundo.Lo que más les preocupa es ser capaces de mantener una cultura corporativa común para todas sus sedes. El 49 por ciento los sitúa como primera de sus cuitas, por encima de la necesidad de conocer costumbres y modos de hacer negocios locales (44 por ciento), poder prestar un buen servicio a clientes remotos (41 por ciento) y el impacto de la economía mundial (36 por ciento). Precisamente, "mantener los valores esenciales y la identidad corporativa en un momento en que los equipos son cada vez más internacionales es un reto importante", según explica Luis Céniga, socio de la firma, "porque no es sencillo y requiere cambios de fondo en la organización".Llama la atención el caso de España. En todas las referencias analizadas, nuestro país se sitúa por encima de la media en cuanto a alcance internacional de la empresa.Encabeza el ranking, junto con Reino Unido, de países cuya fuerza de trabajo se ha internacionalizado en mayor medida en los últimos cinco años -66 por ciento frente a países como Japón donde el 45 por ciento declara esta circunstancia-. También es el país con compañías que más sedes en el exterior han abierto en este periodo de tiempo: el 56 por ciento lo ha hecho, frente a Italia, por ejemplo, cuyas empresas se han instalado fuera en un 35 por ciento, según declaran sus directivos. Asimismo, proveedores y clientes de más allá de nuestras fronteras han tomado posiciones. España gana a todos los consultados en internacionalización de éstos.La cuestión de fondo que lo explica es "el retraso que arrastraba nuestro país con respecto a otros, de mayor vocación internacional" considera Céniga.Para los directivos españoles es también una preocupación de primer orden cohesionar la cultura corporativa. Es decir, lograr que todas las personas que trabajan en una compañía de cualquiera de las sedes que tenga por el mundo opere con los mismos esquemas mentales de trabajo y una visión internacional pese a tener culturas diferentes. O que los procesos de trabajo sean los mismos, se desarrollen en un lugar u otro. Salto de mayor dimensiónPero la cultura corporativa compete a más áreas que las de recursos humanos. "También afecta a las compras; el objetivo es que la organización de este departamento como de cualquier otro sea asimilable en cada filial", dice Céniga.¿Qué está pasando ahora con las compañías españolas? Las grandes corporaciones bancarias o de suministro que se instalaron en Latinoamérica, están dando el salto a países anglosajones, de Europa del Este e incluso asiáticos, y se dan cuenta de que el choque cultural es más amplio, explica Céniga, que añade que hoy "cohesionar los procesos es más importante".