Un libro analiza en clave empresarial la eficacia de la marca cristiana madrid. Una jerarquía, un sistema logístico, unos presupuestos, una estrategia de comunicación... Como en el caso de cualquier otra organización, la Iglesia católica depende de elementos como estos para su conseguir funcionar correctamente.¿Pero lleva a cabo una buena labor de marketing? Ésta precisamente es la cuestión que intenta responder el libro La firma cristiana como marca, presentado ayer en Madrid.Acontecimientos tan recientes como los conflictos diplomáticos provocados a raíz de las declaraciones del Papa Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona o los escándalos por pederastia en Estados Unidos han llevado a Rafael Domínguez Molinos, autor del libro, a analizar la Iglesia desde el punto de vista del marketing.Siempre en clave de humor, el libro aplica métodos propios de la gestión empresarial al análisis de la marca católica, desde el estudio de sus puntos críticos a la caza de talentos, pasando por otros aspectos como las condiciones de trabajo o la competitividad de su producto, la religión.Según explica Domínguez, decidió escribir La firma cristiana como marca porque "desde el punto de vista de la eficacia y los resultados puede tener el mismo tratamiento que cualquier otra institución". Sin embargo, considera que en cuestión de marketing no lo hace todo lo bien que debiera. Entre otras razones, porque resulta bastante complicado encajar los tecnicismos propios del marketing en materias tan delicadas como la religión.Miguel Ángel de Rus, director de la editorial Libros Irreverentes, declaró a Europa Press que "no se trata de un nuevo ataque a la Iglesia, sino que servirá para aclarar muchas dudas sobre ella".Rafael Domínguez Molinos ha publicado otros títulos como Informe sobre los ritos empresariales, Estructura social española y Las excursiones americanas de los españoles.