bruselas. Cuando a uno le roban el teléfono móvil o lo pierde, lo primero que piensa es en anular la línea para evitar a fin de mes una factura estratosférica con las llamadas a medio mundo que se le ocurra hacer al ladrón. Ahora resulta que sin necesidad de que el dueño se despegue del aparato, los piratas informáticos pueden usarlo a distancia vía Internet no para llamar, pero sí para enviar los mensajes de texto conocidos como sms.El problema no es tanto que los mensajes enviados desde móviles ajenos por los piratas eleven la factura del legítimo propietario. Lo peor es que suplanten su identidad para enviar mensajes a su nombre, y más en un momento en el que cada vez es más frecuente dar instrucciones u órdenes de compraventa por vía de un simple sms. O, por qué no, amenazas a una tercera persona.Así lo asegura el experto belga en seguridad informática Fabrice Myard. De momento, Myard y su empresa (se llama como él pero al revés: Draym), han saltado esta semana a la portada del rotativo belga La Libre Belgique. Los reporteros de este periódico alarmaron ayer a la población belga asegurando que Myard había sido capaz delante de ellos de enviar un mensaje desde un teléfono de La Libre Belgique a otro móvil, sin tener en sus manos ni el móvil desde el que lo envió ni el que lo recibió. Y lo peor es que el programa informático utilizado lo encontró simple y llanamente en Internet, desde donde lo descargó, lo probó y vio que funcionaba. Myard aseguró ayer a elEconomista que no sólo es un problema belga, sino "mundial". Palabras confirmadas a este diario por la portavoz de Mobistar, el segundo operador belga de telefonía móvil. Mobistar asegura que es imposible que el precio de un sms pirata repercuta sobre el dueño real del móvil gracias a la seguridad del sistema de facturación. Pero admite que un número de teléfono puede ser invadido. También puede serlo una dirección de correo electrónico.