Adecco tiene una división con 2.500 profesionales para cubrir la demandaMADRID. La figura del escolar que va andando al colegio, le da tiempo a volver a casa a comer y vuelve después a clase está de capa caída. Porque cada vez es más habitual que el lugar de estudios se encuentre a unos cuantos kilómetros del lugar de residencia. Así que sólo quedan dos opciones: o los sufridos padres llevan a los niños al colegio en su coche o delegan esa tarea en los servicios de transporte escolar del centro. Pero estos vehículos deben llevar un acompañante que se ocupe de la seguridad de los niños; una figura obligatoria según la normativa europea y que ha llevado a Adecco a formar a 2.500 profesionales en esas tareas en sólo un año. Una cifra que esperan superar este recién estrenado 2007 con unos 1.500 acompañantes más. Las consejerías de Educación de las distintas comunidades autónomas son las que suelen demandar este tipo de empleos. "Es una fórmula de trabajo muy peculiar porque tiene una duración muy corta. La ley establece que el trayecto no puede superar la hora de duración, así que su jornada laboral no suele superar las dos horas", aclara Rafael Val, responsable de la División de Servicios Auxiliares a la Educación de Adecco. La remuneración, añade, no es mala -unos 10 euros a la hora- pero con jornadas laborales tan cortas no suele ser la única fuente de ingresos. "Antes recurríamos mucho a los estudiantes, pero nos hemos dado cuenta de que las amas de casa son estupendas para este puesto, porque la mayoría de ellas tienen hijos y conocen muy bien el trabajo, además de que les permite contribuir con algo de dinero", cuenta. Clientes entre 3 y 11 añosComo Victoria del Barco. A sus 36 años -"aún puedo decirlos, ¿no?"- lleva tiempo ejerciendo como acompañante en un autobús lleno de alumnos entre los 3 y los 11 años, con lo que tiene asegurados tantos buenos momentos como malos. "A veces es de locura, cuando los mayores se pegan y los pequeños se ponen a llorar", dice. Su lugar de trabajo es Escalona (Toledo), una localidad cercana a Madrid que, como en muchas otras, se han visto rodeadas en poco tiempo por numerosas urbanizaciones. "Me gusta mi trabajo y no está mal pagado, aunque para vivir sólo de ello desde luego no te compensa", cuenta. En estos momentos es su única actividad laboral, aunque hace un tiempo lo compaginó con trabajos de ayuda a domicilio para ancianos. Experiencia no le falta, ya que tiene un hijo en plena adolescencia. El perfil de estos acompañantes está muy definido, según los datos de los que dispone Adecco. Amas de casa, mayoritariamente españolas y entre 30 y 50 años. Sólo un 5 por ciento de estas acompañantes son extranjeras, principalmente de origen hispanoamericano. "Además, es una muy buena salida para colectivos con problemas. Hemos llegado a acuerdos con asociaciones de mujeres separadas y maltratadas, a través de la Fundación Adecco", señala Rafael Val. Unos profesionales a los que se encargan de formar Adecco, con cursos de prevención de riesgos laborales, primeros auxilios y nociones sobre psicología. Para educación especial, incluye conocimiento sobre enfermedades psíquicas.