Dos británicas montan un negocio de asesoría de imagen a domiciliolondres. ¿Alguna vez ha sentido que siempre viste la misma ropa? ¿O que necesita un cambio y no encuentra el momento de hacerlo? ¿O que nada le queda bien porque a lo mejor no se siente a gusto con su peso? ¿O simplemente le gustaría cambiar de imagen pero no se atreve? En este caso tal vez haya llegado el momento de contactar con los Style Doctors. Los Style Doctors (doctores del estilo) son un grupo de asesores de imagen y de expertos que usted podrá alquilar para que le den su consejo sobre cómo debe vestir, cómo combinar distintas prendas o simplemente para que le acompañen a comprar. "Nos dirigimos a ese tipo de clientes que o bien no tienen tiempo para ir a comprar o bien no tienen la confianza suficiente para hacerse un cambio de imagen", explica a elEconomista Elin Davies, de 24 años, una de las dos cofundadoras de la compañía junto a Kim Saxelby. La mayoría de sus clientes son mujeres, aunque reconocen que también hay hombres y de todo tipo de edades.Hace dos años, Elin y Kim detectaron un vacío en el mercado en cuanto a asesoramiento personal en el vestir y decidieron convertirlo en negocio. "Aunque otros ofrecen el servicio, lo que nos diferencia a nosotros es que vamos a ver al cliente a su casa, viva donde viva", matiza Elin Davies.Como hacían los antiguos médicos rurales, aquellos que iban de pueblo en pueblo visitando a los pacientes a domicilio, Elin y Kim se dedican a viajar por todas las localidades de Gran Bretaña para encontrarse con clientes e irse de compras con ellos. En realidad, el objetivo de Style Doctors es intentar acercar a la gente común una figura que hasta ahora parecía reservada para los actores, o para los políticos, o también para las modelos: la figura del asesor de imagen. Recogen este personaje y lo acercan a la gente normal. Los clientes son en su mayoría mujeres, pero también hay bastantes hombres y público de todas las edades.Servicio por horasOfrecen distintos servicios: traer un asesor a casa para aconsejarle vale entre 220 y 300 euros (gastos de desplazamiento incluidos); que le acompañe de compras medio día cuesta entre 260 y 370 euros; el servicio completo, o sea, visita a domicilio y compras (o compras todo el día), entre 420 y 600 euros. También se puede alquilar el servicio por horas aunque la hora se paga entre 60 y 100 euros. Actualmente la empresa cuenta con seis asesores de imagen recorriendo el territorio. Pero estos asesores tienen un perfil muy concreto y deben reunir unos cuantos requisitos indispensables. Deben tener estudios superiores en moda, ser expertos en colores, en formas, en materiales, en tendencias y ser capaces de adaptar todos estos conocimientos al cliente con suma rapidez.Uno de los principales retos del asesor es el de conseguir cambiar la imagen del cliente con un presupuesto modesto. Para ello aprovechan al máximo la ropa olvidada en el armario (las estadísticas dicen que tan sóSlo utilizamos el 10 por ciento de la ropa que ya tenemos) y recomiendan muchos complementos y ropa fácil de combinar, que dé una sensación de cambio constante.Para aquellos que lo pidan, también ofrecen bastante discreción: hacen las compras al cliente mientras éste desempeña el resto de las funciones de su vida cotidiana o bien se desplazan a otro barrio o ciudad para eliminar la posibilidad de ser reconocido en alguna de las tiendas con un asesor.En dos años el crecimiento de la empresa ha sido muy rápido y, en parte, este éxito ha venido propiciado por la fama mediática que consiguieron Elin y Kim en un programa de televisión titulado Steele the style (Roba el estilo), en el que cada semana cambiaban la imagen de diversas personas que, por distintas razones, no se sentían a gusto con su estilo. Cómodo con la ropa"Aunque seguimos la moda muy de cerca, no somos esclavos de ésta sino que estamos más interesados en que nuestro cliente se sienta cómodo con la ropa que lleva", dice Elin. Después de todo, solo hay una manera de saber si el servicio ha sido un éxito o no y es que el cliente se sienta bien con su nueva imagen. Estar a la última supone tiempo, y también dinero, las cosas como son. Si no tiene lo primero pero sí lo segundo, ya tiene alguien quien le ayude.