Pone su talento al servicio de empresas como BMW, Microsoft o T-Mobilelondres. Mathew Dowden es mago y se dedica al marketing. Las empresas le pagan para que utilice la magia para vender sus productos, para convencer a los clientes, para ilusionarlos. Matthew les sorprende con un juego de cartas imposible, lee su mente, hace que desaparezcan relojes..."No se trata de hipnotizar ni de engañar a nadie sino de captar la atención del cliente", aclara Dowden a elEconomista. "Una vez tienes su atención es más fácil venderle el producto".Se podría decir que este joven emprendedor de 24 años es el pionero del marketing mágico en Reino Unido y, a juzgar por su cartera de clientes, el negocio no le va nada mal. Entre sus clientes se encuentran algunas de las principales multinacionales como Microsoft, BMW, Volkswagen, McAfee, Abbey y las compañías de telefonía Orange o T-Mobile."Cada vez cuesta más diferenciar un producto de otro y a veces lo que lo diferencia, lo que hace que alguien compre uno en vez de otro no tiene nada que ver con el producto en sí", explica. Las empresas son conscientes de esto y por esto le contratan. Para diferenciarse. Pero el trabajo de Dowden no es tan sólo el de entretener al cliente. Se involucra con el equipo de marketing, estudia su plan y el producto. No deja nada a la improvisación. Asiste a la reunión como un miembro más del equipo, vestido con traje oscuro, con el rostro serio. No hay nada que le delate. Y llega su turno. Es entonces cuando la hasta ahora monótona y aburrida reunión se rompe. Dowden dota el espacio de un ambiente especial, "sin que la reunión deje de ser reunión". Saca su chistera y empieza su repertorio de trucos, desaparecen los pañuelos en la palma de sus manos y aparecen monedas tras la oreja de los clientes, ante su mirada atónita y asombrada. "Los clientes se quedan boquiabiertos y son completamente vulnerables a cualquier mensaje", asegura Dowden, quien explica que en ningún momento, mientras dura la función, ha dejado de venderles el producto. Todos los trucos tienen un sentido. El espectáculo está lleno de metáforas, de palabras clave y de mensajes ocultos sobre el producto. Cuando termina la función, ante la sorpresa mayúscula de los clientes, prosigue la venta del producto. A veces es el propio Dowden el que les habla del mismo. También les entrega algún recuerdo de la función en relación con el producto para prolongar la asociación de ideas en la mente del cliente.De las leyes a la magiaMathew Dowden se graduó en Derecho pero, al terminar la carrera, decidió dedicarse a la que era su pasión, la magia. Creó su propio espectáculo, una comedia que aún hoy representa, aunque cada vez el marketing le absorbe más. A veces cuesta diferenciar cuál es el Dowden mago y cuál el Dowden vendedor. Como mago, ha conseguido distintos premios internacionales y su magia se caracteriza por la proximidad con el público, sin apenas espacio para esconder el truco, con lo que el asombro es mayor.Hace cuatro años creó la empresa Dowden Marketing Magic con la que consiguió hacerse un hueco en el cada vez más especializado marketing de entretenimiento. Para Dowden, los límites del marketing están en imaginación. Uno de sus servicios más solicitados son las ferias. En los stands es donde se puede ver realmente la magia de Dowden, cuando situado junto al de la competencia, consigue atraer a una multitud.