El número de asuntos del primer trimestre de 2006 agrava el atasco del TribunalMADRID. "La situación del Tribunal Constitucional es preocupante". Así de elocuente fue la presidenta del TC, María Emilia Casas, al describir el estado en que se encuentra la institución que dirige por la elevada carga de trabajo que aumenta año a año. Por ello, y a la luz de los datos de los cuatro primeros meses de 2006, consideró "absolutamente necesaria y extraordinariamente urgente" la reforma de la Ley Orgánica que regula su funcionamiento y que actualmente tramita el Congreso de los Diputados.Durante su intervención ayer en el Club Siglo XXI, Casas indicó que el Tribunal ha recibido con satisfacción la iniciativa reformadora del Gobierno y que espera que se apruebe con el consenso de todos los grupos parlamentarios. El motivo para reclamar con tanto ímpetu la citada reforma no es otro que el atasco del tribunal, que va siendo más grande cada año que pasa.Los datos hablan por sí solos: de los 386 recursos que el TC ingresó en su primer año de funcionamiento, 1981, se ha llegado a 9.708 en 2005, año en el que se registró un 22 por ciento de asuntos más que en el ejercicio anterior. Un 97,6 por ciento correspondió a recursos de amparo. Ya en el primer trimestre del año en curso se ingresaron 3.718 asuntos (un 64 por ciento más que en el mismo periodo de 2005), de los que 3.579 fueron recursos de amparo. Sólo en el pasado mes de abril el Tribunal ingresó 1.120 asuntos. De ellos, 1.105 fueron recursos de amparo, siendo 423 sólo de materia de extranjería.Casas destacó que la admisión de los recursos de amparo no supera el 5 por ciento, por lo que el trabajo que hace el TC "en negativo" -rechazando recursos- perjudica el trabajo "en positivo". Ello genera "preocupantes retrasos", según la presidenta de esta institución, que indicó que el "diseño legal de unos criterios materiales y de un procedimiento eficaz" de admisión de las demandas de amparo redundará en "el mejor ejercicio de las altas funciones que la Constitución encomienda al TC".En opinión de Casas, el órgano que preside necesita "mecanismos procesales que le permitan reordenar sus tiempos y sus energías" con el fin de reducir la excesiva dedicación que presta a la admisión de los recursos de amparo y trasladarla al enjuiciamiento de las demandas de amparo admitidas. "Los recursos de amparo deben ser concebidos cabalmente como un remedio in extremis o verdaderamente último", aseguró.La presidenta del Constitucional afirmó que el legislador es conocedor del "problema de funcionamiento de la jurisdicción constitucional". Así, se mostró esperanzada de poder contar con el marco legislativo adecuado para su ya de por sí "complicada" tarea.