Temporizadores, reciclaje y fomento de la videoconferencia, trucos para ahorrarnueva york. El pago de 3,3 dólares por galón de gasolina -alrededor de 3,7 litros- no sólo supone un suplicio para el ciudadano de a pie en Estados Unidos, sino que se ha convertido en un lastre para las pymes, que han tenido incluso que triplicar su presupuesto para hacer sus labores cotidianas. Para muchos pequeños negocios sólo existen dos soluciones. La primera, y más dramática, fuerza a subir los precios de los productos y servicios que se ofrecen al consumidor. Los más arriesgados encuentran alternativas para amortizar costes e intentan sustituir los viajes por carretera mediante la aplicación de la tecnología. Cuando se habla del precio de la gasolina, todo el mundo se solidariza con el daño que supone para el bolsillo rellenar el depósito. El problema para los negocios más modestos no sólo se queda en la gasolinera más cercana, sino que se amplía. Esta subida provoca un encarecimiento de los materiales, un drástico recorte de la posibilidad de viajar y, como consecuencia, pone en peligro la competitividad de las pymes norteamericanas, que son las locomotoras que tiran de la economía estadounidense. Hace un par de años, el barril de crudo se vendía a 40 dólares la unidad. En la actualidad, alcanza los 70. Los costes de transporte se han encarecido cerca de un siete por ciento. Neutral Posture es un pequeño negocio de sillas con base en Tejas. Esta compañía utiliza una gran cantidad de plástico, que originalmente proviene de materiales petrolíferos. También emplea acero, que se ha encarecido en los últimos meses debido al alto volumen de energía necesario para su producción. Como otros negocios similares, Neutral Posture ha tenido que verse obligado a recortar gastos e incrementar los precios en dos ocasiones. A pesar de las graves consecuencias que la subida de los precios energéticos acarrea para las pymes, existen algunas soluciones para esquivar los derechazos que los presupuestos en gasolina asestan a los más humildes negocios. Una de las primeras normas es ahorrar desplazamientos y fomentar el uso de las teleconferencias y videoconferencias a través de la Red. Un sistema asequible que evita tener que poner en la carretera a los empleados que pueden hacer el trabajo diario sin tener que moverse de la oficina. También requerirá cierta disciplina entre los empleados de la compañía, a los que habrá que inculcar cierto sentido del ahorro. Gran cantidad de combustible se despilfarra por dejar encendido el motor en situaciones innecesarias, en las que el vehículo no se encuentra en marcha. En el caso de las empresas que operen con máquinas impulsadas por carburantes, la revisión de los motores para asegurar su eficiencia debe convertirse en un hábito para evitar perder dinero. El desperdicio energético de aires acondicionados, termostatos o luz puede controlarse a través de temporizadores que aseguren el corte energético cuando las oficinas no estén en funcionamiento. Otra alternativa nada desdeñable es el reciclaje energético. Muchas pymes han encontrado formas novedosas de reutilizar su combustible, como FiltaFry, una compañía que se dedica a filtrar el aceite de las freidoras de restaurantes para reutilizarlo. La empresa ha conseguido refinar el aceite vegetal y convertirlo en biodiesel para alimentar toda clase de vehículos. Una solución creativa y sobre todo efectiva en tiempos en el que el petróleo se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las más de 25 millones de pequeños y medianos negocios de Estados Unidos.