Más del 70 por ciento no tiene información al respecto ni tiene pensado buscarlaMADRID. Con las encuestas pasa como con la intención de voto: es imposible medir la veracidad de las respuestas. Desde hace tiempo, conceptos como la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), comercio justo y medio ambiente llenan las páginas de medios de comunicación e informes y memorias de cualquier empresa que se precie. Pero la figura del consumidor responsable parece, un poco más desde ayer, una especie en extinción. Al menos eso se deduce de un sondeo elaborado por la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU) en el que se ha preguntado qué opinan y cómo valoran la Responsabilidad Social de la Empresa en España. Y una de las conclusiones más sorprendentes es que sólo un 1,6 por ciento dispone de la información suficiente, y la valora, a la hora de hacer sus compras. Pero la gente que no tiene datos tampoco parece impaciente por encontrarlos. Un 17 por ciento de la muestra no está interesado en recibir este tipo de información, y el 62,1 por ciento reconoce no buscarla. "Y no piensa dedicar tiempos y esfuerzos en ello", aseguró ayer María Rodríguez, presidenta de CECU, durante la presentación del sondeo. Aunque un 30 por ciento de esos consumidores escogidos al azar por CECU reconoce haber penalizado alguna marca por su mal comportamiento social o medioambiental. "No aprueba", confesó Rodríguez. Se refiere a la RSE por parte de los consumidores, porque la nota media es del 4,33. Claro que si se les pregunta cómo valoran la ética empresarial de las empresas españolas en países en vías de desarrollo, el suspenso es rotundo, un 2,81.Desde CECU reconocen que aún muy poca gente es capaz de identificar el significado de las siglas RSE. "Muchos encuestados creen que significa lo mismo que acción social, cuando sólo es una parte", aclara su presidenta, que añade que los encuestadores tuvieron que ayudar en más de una ocasión a aclarar este término. Las dimensiones más valoradas por parte del consumidor son la gestión responsable de clientes y el ámbito de los derechos humanos. La gestión medioambiental y la acción social son los aspectos que obtienen peor nota, con una media inferior a tres. Pero la responsabilidad social no es sólo una tarea de empresas y, en menor medida, de consumidores. También la actuación por parte de los poderes públicos es valorada por parte de los encuestados. Y tampoco se muestran benevolentes, a juzgar por los resultados. Un 3,97 sobre diez, sólo dos décimas más que el resultado de la primera edición de la encuesta. Que se cumpla por leyY lanzan propuestas al Gobierno. Entre las medidas, los ciudadanos eligen de forma mayoritaria (un 54 por ciento) la que obliga por ley a la empresa que mejore su comportamiento social y medioambiental. Una Ley de Transparencia y una política de incentivos son dos iniciativas que tienen una enorme aceptación por parte de los consumidores, por encima de los siete puntos. También se les ha preguntado qué tipo de ley debería regir a la empresa que opera en países en vías de desarrollo. Una pregunta con tres opciones de respuesta y una elegida por mayoría: las leyes internacionales en un 64 por ciento; un 20 por ciento según la legislación española y sólo el 16 por ciento cree que deberían cumplir las leyes locales.