El 'sandbox' permite testar proyectos innovadores antes de su comercialización El Consejo de Ministros aprobó ayer el anteproyecto de ley para la transformación digital del sector financiero, que incluye la creación del sandbox regulatorio y supervisor que quedó paralizado por la disolución de las Cortes el 5 de marzo. El sandbox es un banco de pruebas que permite a las empresas que trabajan en nuevos desarrollos y en modelos de negocio financieros innovadores lanzar y testar sus productos en un entorno controlado antes de su comercialización, con el respaldo de los reguladores y sin que los potenciales riesgos afecten al consumidor final. De esta forma, Montero ha comparado el sandbox con un ensayo clínico en fase 4 en el sector sanitario, previo a que un producto se pueda universalizar en el mercado.Fases de funcionamientoLa parte central de este anteproyecto de ley es el sandbox, que funcionará como instrumento regulador y supervisor, ofreciendo información de primera mano a las autoridades sobre cómo acontece la transformación digital en el sector. Este laboratorio de pruebas consta de tres fases: régimen de acceso, realización de pruebas con garantías y régimen de salidas.En primer lugar, el Tesoro deberá sacar una resolución solicitando que los promotores presenten sus proyectos, periodo que se extenderá durante un mes. Una vez recibidos, se darán traslado de los mismos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al Banco de España o a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), que dependerá del sector o subsector al que pertenezcan.Posteriormente, los supervisores financieros dispondrán de otro mes, ampliable por dos meses más, para realizar una evaluación previa de los proyectos. Tendrán que valorar que efectivamente se trata de innovación tecnológica, que se encuentra en un estado relativamente avanzado, que mejora la eficiencia, reduce costes o genera valor añadido, entre otras cosas.Realizada esta evaluación previa por parte de los supervisores, se reunirá la comisión de coordinación y se publicará en la web del Tesoro qué proyectos han sido preliminarmente aceptados y cuáles han sido rechazados, con su informe correspondiente explicando en su caso la denegación.Tras esta fase, se inicia la realización de las pruebas, para lo que será necesario que se negocie un protocolo entre el supervisor financiero de turno y el promotor del proyecto, que recogerá la duración del ensayo, el volumen máximo de operaciones o el número de consumidores al que va dirigido.Fiscalmente neutralEl Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital prevé que el sandbox empiece a funcionar en 2020 y esté abierto tanto a productos nacionales como internacionales. De esta manera, tras su aprobación en el Consejo de Ministros, el proyecto irá al Congreso de los Diputados para iniciar su tramitación parlamentaria, que el Gobierno espera que sea rápida al tratarse de una cuestión técnica que, en su opinión, no debería generar polémicas o conflictos entre los grupos. A pesar de que se trata de un proyecto "muy intensivo en recursos", será fiscalmente neutral. El Gobierno no tendrá que dotar ninguna partida, ya que su naturaleza es regulatoria y supervisora, por lo que no supondrá un mayor gasto público. "Se llevará a cabo mediante la reasignación", apostillan desde Moncloa. El Tesoro contará con un equipo formado por ocho personas, que se complementará con otros grupos de trabajo en los tres supervisores. "Supone un reto profesional de máximo nivel, pero no tengo la menor duda de que están capacitados", remarcan.En la actualidad hay 27 países que han aprobado sandboxes en su ordenamiento jurídico. El grueso de este tipo de iniciativas ha sido en Asia, representando el 52% del total, y en Europa, seis países ya cuentan con iniciativas de este tipo.