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Demasiado lastre



    Carlos Serrano-Conde

    Madrid, 14 oct (EFECOM).- Los retrasos en los plazos de entrega de los nuevos Airbus A380 han llevado al gigante europeo de la aeronáutica y la defensa EADS a vivir otra semana de crisis, lo que ha supuesto un peso adicional al lastre que arrastra este consorcio para que su avión estrella levante el vuelo.

    El lunes, tras varios días de rumores, se confirmó la dimisión de Christian Streiff como presidente de Airbus, cargo que ejerció tan solo tres meses.

    En una entrevista al diario Le Figaro, Streiff explicó que su marcha obedece a que el sistema de gobierno del constructor europeo de aviones "no permitía el éxito" de su plan de relanzamiento.

    Streiff, que había propuesto separar "el gobierno de Airbus del de EADS", recalcó que es preciso devolver al constructor "los mandos de su propio avión y no pilotarlo a través de EADS".

    El consorcio aeronáutico anunció, junto a la dimisión, que el nuevo presidente de Airbus sería Louis Gallois, quien conservará el cargo de copresidente de EADS que ejerce desde julio pasado tras la dimisión forzada de Noel Forgeard.

    Otros nombres propios de la semana en el ámbito económico han sido los de Edmund S. Phelps y Muhammad Yunus, a quienes se han concedido los premios Nobel de Economía y de la Paz, respectivamente.

    El estadounidense Phelps ha visto reconocido con este galardón sus análisis en política macroeconómica, que han contribuido sustancialmente a comprender mejor la relación que existe entre los efectos a corto y largo plazo de la política económica.

    Yunus, el conocido mundialmente como "el banquero de los pobres", ve premiada así su labor en favor de las clases más desfavorecidas y en contra de la pobreza.

    Es el inventor de los microcréditos, que, según el Comité Nobel, se han convertido en una importante fuerza de liberación en sociedades en las que las mujeres tienen que luchar contra un entorno social y económico represivo.

    Otro motivo de satisfacción ha sido esta semana la evolución de la inflación en España, favorecida por el descenso de los precios del petróleo en los mercados internacionales.

    El dato publicado el miércoles por el Instituto Nacional de Estadística fue aún mejor de lo esperado: la inflación se situó en septiembre en el 2,9 por ciento, ocho décimas menos que en el mes anterior.

    Ese descenso fue posible gracias a la caída de los precios en un mes tan inflacionista como es septiembre, algo que no ocurría desde 1968. Sí, hace casi 40 años.

    De momento, el petróleo, que tanto hizo subir los precios en meses pasados, da ahora un respiro a la inflación, pero no sabemos por cuánto tiempo.

    La OPEP prepara una reunión para antes de que termine este mes, en la que estudiará un recorte de un millón de barriles diarios, con el fin de evitar que el crudo continúe abaratándose.

    Ayer, el Brent del Mar del Norte cerró a 59,52 dólares en el mercado de futuros de Londres, es decir, 0,31 dólares por debajo del precio que se pagaba una semana antes.

    Y eso, teniendo en cuenta que a comienzos de semana el precio del petróleo subió después de que Corea del Norte anunciara que había realizado su primera prueba nuclear.

    Ahora que el petróleo nos deja respirar, es de esperar que ni Corea ni la OPEP nos corten el oxígeno y la inflación permita a los trabajadores ganar poder adquisitivo. EFECOM

    cs/mdo