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Comienza la semana: la recesión puede hacerse realidad en EEUU
Porque una cosa es decir que viene el lobo e ir guardando las ovejas con la esperanza de que no venga finalmente, y otra cosa es verle las orejas y dar por perdidas las ovejas que se hayan quedado fuera.
Por el lado de los datos económicos, tendremos varios absolutamente decisivos. El que más, las ventas minoristas de enero (el miércoles), que dictarán sentencia sobre si el invencible consumidor americano por fin ha tirado la toalla o no. Se espera una caída del 0,2% después de la del 0,4% de diciembre.
Otros datos relevantes serán los inventarios empresariales (también miércoles), el déficit comercial (jueves), la producción industrial, el índice industrial de Nueva York, la confianza del consumidor y los precios de importación (viernes). También medirán el impacto de la crisis en los consumidores los resultados de empresas como General Motors, Chrysler o Coca Cola, después de que la semana pasada los grandes centros comerciales certificaran que enero no mostró ningún tipo de recuperación después del fracaso navideño.
Pero la cita más esperada de la semana será la comparecencia de Bernanke ante el Senado. La expectación se debe tanto a esta peligrosísima situación económica como a la inquietud provocada la semana pasada por algunos miembros de la Reserva Federal que se salieron del discurso oficial para decir en alto lo que muchos piensan: que seguir bajando los tipos salvajemente como hasta ahora no sirve de nada en una crisis del sistema financiero como la actual.
Además, Bernanke se encuentra con un nuevo tirón del petróleo y las materias primas, alimentado el viernes por la posibilidad de que la OPEP recorte su producción de crudo por la desaceleración económica global. La persistencia de las tensiones inflacionistas de oferta pone muy difícil a la Fed proseguir el histórico ritmo actual de bajadas de tipos. Aunque nadie espera nuevos recortes de emergencia, el mercado considera como escenario más probable otra bajada de medio punto en marzo.
Por tanto, tenemos un cóctel explosivo para un mercado que está muy tocado tras la fuerte recaída de la semana pasada; porque los que compraron en semanas anteriores confiando en un suelo se han quedado atrapados, y no van a volver a arriesgarse esta vez. Para ver subidas, muy bien tienen que salir las cosas o tiene que ocurrir algo que convenza a los inversores de que el peor escenario ya está en los precios. De lo contrario, prepárense para más descensos.