Fútbol

El Bernabéu se harta de Bale y le dedica una estruendosa pitada ante el Valencia

  • El galés se llevó tres sonoras pitadas del Bernabéu
  • Bale sólo ha hecho un gol entre pretemporada y temporada
Bale se lamenta después de fallar una ocasión ante el Valencia. Imagen: Reuters

EcoDiario.es

El Santiago Bernabéu tiene una larga tradición de pitadas a sus futbolistas. A aquellos a los que considera inoperantes, fallones o alejados de la calidad que se le exige al escudo del Real Madrid. Bale sumó ante el Valencia (empate a dos) un poco de todos esos defectos para ser objeto de una estruendosa pitada con la que la afición madridista dejó claro que está harta del galés y su falta de rendimiento reciente con el vigente campeón de Liga y Champions.

No fue sólo una pitada. Fueron varias. Tres para ser concretos a las que sumar el runrún creciente que circundó al galés cada vez que tocó la pelota (pocas) o que la pelota rodeaba su área de influencia sin que tuviera protagonismo alguno en el juego blanco.

La primera pitada llegó en el 30', cuando un cambio de orientación a Marcelo terminó lejos de conseguir el deseo que tenía el Galés. Después se llevó otra pitada grande cuando, en el 66', falló una ocasión que pudo significar el 2-2 (entonces el electrónico señalaba 1-2).

La última de las pitadas se la llevó en el 74', al ser sustituido por Lucas Vázquez. Curioso fue escuchar como los silbidos al de Cárdiff se tornaban aplausos hacia el canterano. La parroquia blanca lo tiene claro: quiere sangre fresca, a ser posible, de la casa y con, quizá, más compromiso que calidad. Gente como el gallego, no como el galés.

Una pésimo arranque de temporada

El profundo divorcio entre la grada y Bale viene de lejos. El egoísmo constante del galés no ha gustado desde que llegó al Bernabéu, pero su buen rendimiento, aunque fuera por actuaciones individuales y no tanto por participación colectiva, habían mitigado ese sentimiento de desafección que ha crecido en los últimos meses fruto de su bajo rendimiento.

Malas actuaciones que se han multiplicado este verano. En pretemporada Bale no vio puerta. Tampoco lo hizo en la Supercopa de Europa o en la de España. En la primera jornada de Liga la luz del ex del Tottenham pareció encenderse. Contra el Depor marcó y dio una asistencia. Falsa alarma.

Ayer, contra el Valencia, retornó a esa versión roma, chata y desdentada que tanto exaspera al Bernabéu no sólo por falta de acierto (que también), sino por falta de ímpetu. No es que Bale las falle (que también), sino que ya apenas las tiene. Un mal caldo de cultivo para el futuro del jugador al que sumar los buenos momentos de forma de sus competidores.

Asensio, Isco, Lucas Vázquez o incluso Dani Ceballos han hecho méritos suficientes para arrebatarle el puesto. Pero Zidane sigue apostando por él, lo que enrabieta más a un público amante de la meritocracia, más si es para premiar a chavales surgidos del barro frente a estrellas contratadas a golpe de talonario.