Fútbol
Mourinho se juega la destitución pese al apoyo 'envenenado' de su plantilla
Javier Martín
José Mourinho se encuentra al borde del precipicio, al borde de la destitución. La derrota del pasado sábado (1-3 ante el Southampton) deja muy tocado la imagen de un técnico ya de por sí herido por el mal inicio de campeonato de un Chelsea que pulula en la Premier al borde del descenso y en el que los futbolistas se han constituido en frente común contra el técnico aunque, tras caer el domingo, le han mostrado su apoyo. Un apoyo 'envenenado'.
Después de esta derrota, la cuarta en ocho partidos que se llevan disputados en la Premier League, dijo Terry que no se imaginaba un mejor entrenador para sacar a los de Stanford Bridge del atolladero que José Mourinho. "Es un apoyo que describe, cuanto menos, un gesto de extrañeza", describe 'The Guardian' este lunes al respecto de la posición que el bloque tiene sobre su técnico.
El mismo rotativo desveló la semana pasada cómo en el seno del cambiador se estaban gestando tensiones por sus cambios, declaraciones y titularidades blindadas contra viento y marea. ¿Por qué entonces este tipo de declaraciones? Quizá por el deseo, apunta este rotativo, de mantener el puesto pese a que la realidad dice que deberían estar fuera del once desde hace semanas.
En todo caso, apuntan desde Inglaterra, una cosa es lo que se diga de cara a la galería y otra es la que se comente de puertas hacia adentro. En este sentido se señala al caso del Real Madrid y la última temporada de Mourinho como técnico blanco, cuando sus jugadores mantenían una postura relativamente sólida a favor del técnico ante los micrófonos si bien, después, apuntaban a todo lo contrario cuando se les preguntaba en privado. En esta ocasión el caso se repite con el riesgo de que, al contrario de lo que sucedió entonces, el final del técnico podría ser precipitado. Entonces aguantó hasta el final de curso.
Ya el pasado sábado en las entrañas de Stanford Bridge, el dueño del Chelsea, el multimillonario ruso Roman Abramovich, se reunió con sus colaboradores para analizar la posible destitución temprana del técnico. Aunque coléricos por los resultados 'blues', él y sus directivos decidieron que lo mejor sería dar tregua al preparador, pese al órdago que lanzó de forma inmediata a la disputa del partido "Si me echan, estarán echando al mejor entrenador que han tenido nunca", comentó.
Asunto distinto será si en el próximo partido de la Premier tras el parón por los partidos de las selecciones, en casa de nuevo y ante el West Ham, acaba también en derrota. En tal caso, su puesto sí que podría peligrar repitiendo el patrón del año 2007, cuando Abramovich decidió suplirle, eso sí, con la campaña más avanzada. Aquel curso terminó con los 'blue' levantando la Champions gracias a gesta de Di Matteo en Múnich, remontada incluida frente al Bayern.
Mientras, 'The Special One' se refugia en el apoyo de los suyos para soportar este chaparrón. Hoy lunes, cuentan desde la prensa británica, el de Setúbal pasará el día con su padre, recientemente intervenido de una operación y junto al que se aislará del ruido generado a su alrededor en los últimos días.