Fútbol
El fantasma de Jose Mourinho amenaza la paz de Iker Casillas: "¡No me sale de los c... hacerlo!"
EcoDiario.es
Iker Casillas y Jose Mourinho se reencuentra de nuevo, más de dos años después de que el luso abandonase el Real Madrid. Los dos lo hacen lejos del club blanco, y con vínculos visibles: el portero milita ahora en el equipo con el que el técnico se hizo grande, el Oporto. Vuelven los fantasmas a un jugador que ha encontrado la paz, precisamente, en el sitio en el que su archienemigo comenzó a forjar su leyenda.
Recoge El País el inicio de una rotura que acabó finalmente con los dos protagonistas fuera del Real Madrid. Tras el episodio que significó el pico de tensión entre Real Madrid y Barcelona, en la Supercopa de España de 2011 con el dedazo de Mourinho a Tito Vilanova y la trifulca entre los jugadores, el portero decidió que todo tenía que frenarse. Así vino la llamada a Xavi. Así llegó una frase que fue, a la postre, un antes y un después para el emisor y el receptor.
"¡No me sale de los cojones hacerlo!", dijo el capitán madridista, una vez percibiese que Mourinho trataba de castigarle por su muestra de rebeldía. Había sido el único jugador que había visto todo el trofeo Bernabéu desde el banquillo, y vislumbraba que la relación estaba ya rota del todo. En virtud de esto, se desvinculaba al 100% de las tácticas del portugués.
Con esa contundente frase, Casillas quería cortar con las llamadas del entrenador a sus jugadores para que denunciasen una campaña arbitral contra ellos, para que criticasen los horarios y fechas de los partidos...un grupo de tácticas de presión extradeportivas a las que el portero se había sumado durante meses, aspecto sobre el que había tenido muchas dudas.
Casillas no fue, ni mucho menos, un devoto inicial del plan de Mourinho, pero finalmente se dejó llevar y con el fin de seguir la dinámica de búnker y grupo unido que quería imponer el portugués. La Copa del Rey obtenida en 2010 les hizo ver a los miembros de la plantilla que se podía revertir el orden del fútbol europeo (en poder del Barcelona de Guardiola) y justificó el 'todos a una', pero con el paso del tiempo y la llegada de los batacazos deportivos, el bloque se comenzó a rajar. La primera fuga fue la de Casillas, que acabó convertido en un suplente de Diego López.
Mourinho se fue en 2013 dejando al portero en la suplencia más absoluta, pero con el adiós del luso al Chelsea no se acabó el 'affaire Casillas'. En la directiva del club blanco se impuso la vertiente filtrada por el entrenador de que se debía encontrar un sustituto para el de Móstoles.
El resto de la historia es conocida: a pesar de conquistar la titularidad en su último año, el afán de la junta por hacerse con De Gea y el deseo del meta por escapar del ruido mediático que no se pudo frenar desde el inicio de la brecha con Mou pesaron lo suficiente como para que dejase el club de toda su vida y viajar a Oporto en busca de la tranquilidad.
Alejado de las polémicas pero sin abandonar la Península, Casillas se tomó con filosofía lo curioso del azar en el sorteo de la Champions, que le cruzaba de nuevo con su enemigo. También cuando el técnico atacó el sueldo que cobraba en Portugal. Ahora que sube el volumen sobre todo lo ocurrido entre ambos, aparece la mayor prueba de fuego para la nueva paz del meta.