Fútbol
El enésimo callejón sin salida de Isco en el Real Madrid
Sergio de la Cruz
Fue uno de los mejores jugadores contra la Roma, y ha repetido una gran actuación ante el Manchester City. Isco Alarcón está siendo una de las grandes noticias de la pretemporada para el Real Madrid. El malagueño ha llegado con el mejor nivel, el que recordó al '23' (ahora '22') de los últimos meses de 2014.
Estos dos primeros partidos de pretemporada sirven a Isco para lanzar una advertencia a Rafa Benítez: venderá muy cara su suplencia. Ya pasó en 2013, y con mucha más claridad en 2014: se sacrifica, da un paso más allá en lo defensivo, asume galones y gana peso en el juego colectivo del equipo. Facetas que se han podido ver en los dos encuentros del equipo.
Sin embargo, y como sucedió en los dos cursos anteriores, todo indica que este grito a los cuatro vientos de Isco va a caer en saco roto. Como parte de la línea de tres mediapuntas, en el espacio que el año pasado había ocupado Bale, Isco se ha desenvuelto muy bien, combinando con sus compañeros en ataque. Incluso ha dado la asistencia a Pepe en un córner. Pero su titularidad parece circunstancial.
James Rodríguez sigue siendo la sombra que acecha sobre el andaluz. Ese puesto en la derecha será para el colombiano, aún de vacaciones por la Copa América. Con Benítez, en ese sentido, la vida seguirá igual para Isco, que volverá al banquillo siempre que la BBC y James estén disponibles.
De hecho, con el nuevo sistema se le reducen las posibilidades de jugar. Al situar Benítez dos pivotes con una posición claramente retrasada en el césped (la idea es fortalecer el equipo y evitar que se parta en dos, como con Ancelotti), no existe la opción de alinear a James, Isco y la BBC a la vez, como pudo pasar con el 4-3-3.
El paso a un entrenador que (aunque siempre ha dejado claro que pretende atacar por la naturaleza del equipo), adquiere muchas más reservas que el anterior perjudica a Isco. Siempre que juega, aporta e incluso destaca. Pero sigue sin bastarle.
Las últimas semanas del curso pasado fueron muy significativas: Isco ofreció un rendimiento inferior, se contagió de la apatía del equipo y también se desmoronó tras la vuelta de James a un gran nivel. El colombiano mantuvo al Real Madrid en varios encuentros del tramo final y certificó las buenas sensaciones transmitidas antes de su lesión.
Esto, unido a una imperturbable BBC, era demasiado para cualquiera. Demasiado, por supuesto, también para un Isco que se ve expuesto a la misma historia de siempre: por mucho que trata de acercarse a la titularidad, nunca llega a cogerla con las dos manos.