Fútbol
Sergio Ramos y la maldición del 'fugado': cuando salir del Madrid significa fracaso
Javier Martín
Sergio Ramos se reunirá este fin de semana con Florentino Pérez. Lo harán aprovechando el viaje del presidente a China para unirse a la expedición del equipo blanco por tierras asiáticas. Será un encuentro clave en su futuro. El jugador quiere marcharse del Real Madrid y el mandatario, que se quede. Posturas extremas que podrían acabar con la marcha del jugador. Ya se sabe: son los jugadores los que deciden su futuro. Y en tal caso, puede que el de Camas se enfrente a la maldición del 'fugado', esa que en los últimos años castiga a los cracks que deciden forzar su marcha del Bernabéu para acabar en otras escuadras donde, casi sin excepción, sus aventuras terminan en fracaso.
Es una maldición prolongada en el tiempo que, si nos atenemos al mandato de Florentino Pérez, se inauguró con los primeros días de su presidencia. En 2000, apenas aterrizado en el palco, el Milan llamó a las puertas de Fernando Redondo. El argentino se marchó por 3.000 millones de pesetas (18 millones de euros) para cerrar de forma gris una brillante carrera. En Italia apenas brilló lacerado por la influencia de las lesiones.
Tras su caso hubo otros ejemplos de estrellas cuyo periplo post-merengue fue un fiasco. Ronaldo, por ejemplo, salió también rumbo a Milán y no tuvo demasiado éxito. Figo acabó en la misma ciudad pero en el equipo rival, el Inter, sin que su rendimiento fuera jamás como el que tuvo en la capital.
Robinho (Manchester City) o Beckham (Los Ángeles Galaxy) fueron también casos paradigmáticos de esta maldición que, a final de la década de 2000 concluyó con tres excepciones: Robben (Bayern), Sneijder (Inter) y Raúl (Schalke) sí que encontraron fuera del Paseo de la Castellana los éxitos que los merengues no conseguían en España o en Europa en aquellos años.
Después este trío, la realidad insistió en demostrar a algunas estrellas que fuera de Madrid hace mucho frío, que más allá de Chamartín, los éxitos son complejos de alcanzar en el plano individual y colectivo.
Özil e Higuaín inauguraron esta tendencia. El primero marchó en 2013 rumbo a Londres para fichar por un Arsenal en el que ha bajado su nivel de juego y desde donde contempló como los blancos ganaban la Champions sin su magia en el equipo titular.
Algo parecido le sucedió a un Higuaín que es estrella en Nápoles, pero al que la maldición de su mala puntería en los momentos clave le sigue persiguiendo. Una maldición que este curso se cebó con los italianos en Europa ('Pipita' marró un penalti clave en semis de la Europa League) y con Argentina en la final de la Copa América (el '9' de la Albiceleste mandó su penalti de la tanda definitiva a las nubes).
A estos dos casos les siguió, aunque de manera más tímida, el de Kaká. El brasileño volvió al Milan (Milán, siempre Milán) donde fue apenas una sombra de aquel que impresionó al Mundo en 2007 y 2008. Acabó volviendo a Brasil previo paso a su 'retiro dorado' en EEUU.
Un año después, ya en 2014, le tocó el turno a Di María y Xabi Alonso. El primero rompió el mercado fichando por el Manchester United (80 millones de traspaso) y cobrando un sueldo cuasi galáctico (8 millones netos por curso). Sus inicios en Old Trafford fueron positivos, pero poco a poco se fue apagadon. Ahora, un año después, los ingleses están a un paso de traspasarlo al PSG, donde el 'Fideo' tratará de encontrar el nivel que le hizo ser uno de los mejores del Real Madrid en la consecución de la Décima y la Copa del Rey de 2014.
Xabi Alonso se marchó al Bayern en el último minuto y aunque allí ha ganado la Bundesliga, su periplo en Europa y la Copa Alemana ha sido menor del esperado. Xabi afronta su última temporada con los germanos antes de poner rumbo seguramente a EEUU sabiéndose un jugador importante, pero sin el nivel que tenía en el Real Madrid.
Ejemplos todos de que no siempre buscar la felicidad fuera del Bernabéu es sinónimo de éxito. En realidad, siendo estrella, en los últimos años viene a ser sinónimo de fracaso o, cuanto menos, una bajada de rendimiento y títulos notable.