Fútbol

Luis Enrique, aliado incómodo de Bartomeu

    Luis Enrique, en sala de prensa. <i>Imagen</i>: Reuters

    Javier Martín

    Celebradas las elecciones, se acabó la tregua. El Barça ya tiene presidente. Josep María Bartomeu se sentará en el sillón presidencial durante seis años más en una victoria propiciada, en parte, por los guiños del héroe del triplete. Luis Enrique se ofreció para mostrar sin tapujos su apoyo por las decisiones que había fomentado Bartomeu (fichaje de Arda, llegada de Vidal...) a cambio de lograr sus objetivos. Fue una tregua temporal. Una simbiosis deportivo-política que benefició a ambas partes, pero que apenas se cerraron las urnas, ha volado por los aires. Ahora unos y otros vuelven a mirar por sus intereses dentro del deseo común por ver al Barça levantar todos los títulos que estén en juego.

    Fue el entrenador el primero en advertir que el paso había cambiado. "No me gustan las giras", disparó a bocajarro en sala de prensa. "El jet-lag, el cambio de clima, los viajes... hacen que se aprovechen mucho menos los entrenamientos como lo hicimos en Europa la temporada pasada", comentó el técnico. Primer pellizco. Pero hubo más.

    Por ejemplo, dejó claro que el bienestar de sus estrellas estaba por encima de los deseos comerciales de aquellos patrocinadores que, en plena gira americana, querían ver a Messi o Neymar para hacer más caja. Los cracks que jugaron la Copa América continuarán de vacaciones.

    La actitud severa continuó con Pedro. 'Lucho' no quiere que el canario se vaya y ha empezado a mover la maquinaria culé para conseguirlo frente a aquellas voces que, dentro de la directiva, no ven con malos ojos hacer caja con él. Si Pedro se va, el técnico advierte: querrá otro delantero para suplir una vacante en la que no entrarían Munir o Sandro. Los canteranos serían parches temporales.

    Quejas, imposiciones y exigencias que demuestran que Luis Enrique no olvida su rol de entrenador con personalidad férrea ante todo y todos (o casi todos; Messi es su excepción).

    Así fue como fraguó los éxitos del curso pasado y por esa vía continuará, aunque se gane a pulso ser un incómodo aliado post-electoral para Josep María Bartomeu.