Luis Suárez ordena las piezas del puzzle de Luis Enrique

Ante el Bayern, no marcó ningún tanto en la eliminatoria, pero su actuación fue igualmente clave. Luis Suárez dio en Barcelona y Múnich dos exhibiciones de brega y lucha. Sin estar entonado de cara a la portería, el charrúa fue determinante asistiendo y provocando situaciones favorables a sus compañeros.

En la ida y en la vuelta tuvo diferentes ejemplos que lo escenificaron. Atendiendo al partido de anoche, fueron suyas las dos asistencias a Neymar, aprovechando el pase de Messi, pero tirando de mucha inteligencia para atraer a los defensas y esperando el momento óptimo para brindarle ambos goles al brasileño. Cerca del área, no solo se movió con la inteligencia de un jugador de élite, sino también con la solidaridad tan impropia de los killers.

En la ida, pareció errante por su ineficacia en la portería (Neuer le hizo una parada de escándalo), pero tuvo una contribución a la postre decisiva: la pelea que tuvo durante todo el encuentro prosiguió ya en el descuento y con el 2-0 a favor. En una porfía con los defensas rivales, provocó la pérdida que acabó en el mano a mano y posterior 3-0 de Neymar. El tanto que dio la tranquilidad absoluta de cara a la vuelta y causó el jolgorio en la celebración de Luis Enrique.

Precisamente, el uruguayo le ha venido de perlas al entrenador para solucionar un desaguisado. Tras una adaptación paulatina a partir de su entrada a finales de octubre, el '9' ha cambiado de posición. Primero comenzó en la derecha, donde ya aportaba en lo colectivo. Le faltaba dar el do de pecho a la hora de marcar, y eso unido a un todavía gris Messi dejaba muy solo a Neymar en el ataque.

El traslado de Suárez al centro (que conllevaba directamente el pase de Messi a la derecha) ordenó las piezas del puzzle y equilibró la situación. El '9' estuvo más cerca del área a la vez que Messi recuperaba su versión de mejor jugador del mundo. Neymar ha presentado bajones más relacionados con estados de forma que con lo que le permite la nueva disposición en el campo. Y ahora retoma su versión de principios de curso, con siete partidos seguidos anotando, la mayor racha desde que llegó al Barcelona.

El rendimiento de los tres está fuera de toda duda, y les deja como el trío más goleador de toda Europa. Sus 114 goles superan con creces los 93 de Cristiano, Benzema y Bale. Las piezas encajas, y Luis Enrique sonríe. A cuatro partidos de un triplete, tenerles enchufados es el mayor motivo de satisfacción para el técnico.