Fútbol

Cristiano Ronaldo y el temor creciente de que deje el Real Madrid como Casillas

    Cristiano Ronaldo, en un partido de Liga. <i>Imagen</i>: Reuters

    Javier Martín

    Mucho se ha hablado en los últimos días de una posible despedida en el Real Madrid a final de temporada. Las nuevas tensiones surgidas entre el Bernabéu e Iker Casillas han hecho emerger las dudas sobre su continuidad. Unos 25 millones separan, en realidad, al arquero de su adiós. Si el club le paga su finiquito, el capitán podría marcharse. Un destino que quizá no sólo aguarda al de Móstoles. Cristiano Ronaldo y su actitud en el tramo final de temporada no invita al optimismo ante una posible marcha del club.

    Las alarmas las ha encendido un viejo conocido de la afición blanca. Agustín Rodríguez, portero merengue durante los 80, afirmó de manera rotunda el pasado lunes en Radio Marca que uno y otro, portero y delantero, se irían.

    "No me cabe ninguna duda de que Iker Casillas y Cristiano Ronaldo se marcharán este verano", comentó. En sus reflexiones, más allá del pálpito personal, Agustín aportaba algunos datos que uno y otro, Iker y Cristiano, comparten en su situación personal. En primer lugar, los pitos del Bernabéu. En lo que llevamos de temporada la parroquia merengue se ha centrado en criticar a varias de sus estrellas y los que más veces han repetido han sido ellos.

    En el caso de Cristiano Ronaldo habría que añadir el ingrediente de la incredulidad. CR7 sigue sin comprender, casi sin creerse, que el mismo feudo que recientemente pidió con fuerza que ganase el Balón de Oro a mejor jugador de 2014 haya sido capaz de criticarle por acciones aisladas en partidos muy concretos.

    "En Inglaterra no sucede así", dijo a principios de año cuando trató de explicar su complicada adaptación al club blanco. Cristiano está acostumbrado a una cultura en la que los ídolos lo son en todas las circunstancias. En las buenas y, sobre todo, en las malas. Pero el Bernabéu es diferente.

    Exige en un grado mucho mayor que cualquier otro feudo y eso le ha llevado a sentirse señalado con una diana por sus propios aficionados. Tanto es así, que el luso decidió autoimponerse la ley del silencio como respuesta. Era su forma de responder al público pero también ante los medios de comunicación.

    Porque a Cristiano tampoco le ha gustado que la prensa le haya señalado por su fiesta de cumpleaños. En aquella ocasión, el club calló y lejos de defenderle como sí ha hecho con los silbidos, incluso le dedicó un pequeño 'tirón' de orejas por no hablar ante la prensa.

    Fue el propio presidente, Florentino Pérez, quien se encargó de afearle la actitud. "Hay jugadores que digieren mal las críticas, pero Cristiano seguro que hablará antes de que acabe la temporada", vaticinó sin demasiado acierto. El delantero sigue mudo. Este lunes, a la salida de Valdebebas, y preguntado por periodistas a pie de coche, insistió en afirmar que no diría ni palabra con el gesto de la cremallera sobre su boca.

    No es la primera vez que Cristiano Ronaldo guarda silencio. Ya en otras temporadas lo ha hecho, pero no por tanto tiempo. Habría que remontarse a su periplo por el Manchester United para asistir a la última vez que se mantuvo durante un largo periodo sin decir nada ante la prensa.

    ¿Qué sucedió entonces? Su fichaje por el Real Madrid estaba cocinándose y el portugués prefirió evitar el contacto con los medios para que aquello no le perjudicase demasiado en el proceso. Sucedió en 2008 cuando se acordó su salida al Bernabéu, eso sí, una temporada más tarde. Cabe recordar que Florentino Pérez se encontró con las gestiones cerradas y atadas cuando retornó a la presidencia en 2009.

    Ahora la inestabilidad también rodea al portugués. Su rendimiento sigue siendo extraordinario, pero emergen baches y periodos de sequía que se mezclan con su vida privada (su ruptura con Irina Shayk parece haberle afectado en demasía) y con una opción, la de volver a quedarse en blanco esta temporada, que no le satisface demasiado. Ingredientes que no hacen más que alimentar el temor merengue a que Cristiano Ronaldo, tal y como ha vaticinado Agustín, acabe dejando el club quién sabe si acompañado de otro mito blanco, de Iker Casillas.