Fútbol
Los jugadores del Barça, contra Luis Enrique: "¿Pero qué hace? ¿A qué jugamos?"
La derrota del Barça el pasado sábado, ante el Málaga (0-1), ha dejado cierto ambiente de inestabilidad en el entorno del equipo blaugrana y ha vuelto a posar las miradas sobre Luis Enrique. La gestión del partido que realizó el técnico asturiano no gustó en las gradas, el palco y, sobre todo, en el vestuario culé. Los jugadores han vuelto a señalar a su preparador como el máximo responsable de este inesperado tropiezo que vuelve a poner la Liga cuesta arriba para los del Camp Nou.
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Cuenta hoy el diario Sport que, en privado, los futbolistas culpan a 'Lucho' del resultado no tanto por cómo se desarrolló el partido en la primera parte, sino por cómo se actuó durante la segunda, con cambios que, según miembros del equipo, no hicieron más que dinamitar el planteamiento que el propio Luis Enrique había sugerido durante el descanso. "¿Pero qué hace? ¿A qué jugamos?", relatan algunos de los futbolistas que comentaron cuando se produjo la última de las sustituciones, la de Mascherano por Alves.
Cuenta Sport citando fuentes del vestuario, que el técnico pidió a los suyos paciencia, esto es, recurrir al juego elaborado y de posesión para encontrar el hueco en el momento oportuno y, así, remontar el marcador. El problema es que los cambios apuntaron luego en una dirección distinta.
Rakitic salió por Rafinha, Pedro por Iniesta y Mascharano por Alves. Ninguno de esos cambios apuntó en la dirección que el mismo Luis Enrique había dejado marcada durante ese descanso.
Especialmente mal cayó la sustitución de Alves porque el jugador se marchó entre las críticas del respetable por su error en el 0-1 de Juanmi. Creen en el vestuario que fue innecesario, toda vez que señaló al brasileño ante la afición para no arreglar nada del sistema culé. Más al contrario. El Barça no sólo no jugó mejor, sino que se sintió perdido.
Un día después, ayer, tras esa derrota, el Barça se volvió a entrenar pensando en el Machester City, pero Luis Enrique no se dirigió a los jugadores. Cero charlas. Cero broncas. Cero arengas. No es la primera vez que algo así sucede tras un mal partido, pero la presencia cercana de la Champions League hacía que los jugadores pensaran que esta vez algo cambiaría. No fue así.
Con todo, en la plantilla confían que sea Messi el encargado de, de nuevo, dinamitar el ritmo culé. El argentino tiene muchas ganas de demostrar que puede volver al ritmo de los últimos partidos frente a un equipo, el City, que le trae buenos recuerdos por anteriores cruces.