Fútbol
El Real Madrid y Cristiano Ronaldo encuentran el bálsamo ante el Schalke 04
No se encontró el Real Madrid a sí mismo en el Veltins Arena, pero al menos se ganó el derecho a una tirita más sobre sus heridas sin cerrar, ganando 0-2 al Schalke 04 en un partido tosco en el que la mejor noticia para los de Ancelotti es el resultado, y el fin de la sequía de Cristiano Ronaldo, goleador junto a Marcelo del encuentro. Los blancos dan un paso de gigante para pasar a cuartos de Champions, y el portugués por fin ve un un rayo de luz entre tanta nube que le rodea últimamente.
Suyo fue el tanto que abrió la cuenta para su equipo, y supuso una liberación: se le notó en la cara, también en ese salto tan característico al celebrarlo. Los ricos, los famosos, los guapos y los que saben jugar bien al fútbol también tienen motivos para estar tristes. Y a la hora de curarse de esto en el deporte rey, la medicina también es universal: los goles. Ancelotti y él mismo así lo esperan.
Por lo que respecta al Real Madrid, nada nuevo en el frente. Ante sí tenía un equipo, el Schalke, que quiso ser pero no fue. Su autobús y su trinchera atrás fue tan solo a pequeña escala. Y su ataque también se quedó en agua de borrajas con la lesión de Huntelaar en el 32'. La consecuencia de todo esto es un partido discreto que sirve para relajar conciencias, pero no para hablar de recuperaciones. Mismos problemas, y aún mismas (por lo nulas) soluciones. El equipo ya está en planta, pero no ha salido del hospital.
Salió dominando el Madrid por obligación, ya que el Schalke de Di Matteo se plantó atrás como se sabía: un 5-3-2 que no engañaba a nadie. Ante esto, los blancos mostraron actitud, pero misma inoperancia. Terminaron aflorando los balones colgados a la olla, y ahí estaba bien pertrechado su rival, que tuvo alguna opción de llegar al área de Casillas tras varias recuperaciones, pero con la torpeza digna de los amantes que se enfrentan a su primera vez. Con todo, Huntelaar tuvo la primera ocasión clara, despejada con mérito por Iker.
La respuesta fue contundente, y obedeció a lo que tarde o temprano pasaría alguna vez: un error de marcaje en un balón por arriba, concretamente de Matip. Así recibió solo Cristiano el pase de Carvajal con la zurda, para peinar la pelota sin despeinarse. Wellenreuther no pudo hacer nada, pero a los pocos minutos se reivindicó con un paradón a un tiro de falta de Cristiano y otro en un mano a mano con Benzema. Con solo 19 añitos y menos de tres partidos jugados fue de lo mejor de su equipo.
De esta manera se llegó al descanso, con una minidosis de fútbol en 45 minutos, las veces que Isco pudo encontrar acompañantes entre la dureza ocasional de los alemanes. Lucas Silva, en el apartado defensivo, también hizo méritos para prolongar la agonía de Illarramendi. Pero poco más.
La salida de vestuarios supuso escasos cambios hasta el minuto 60, cuando la defensa del Schalke se descontroló en dos ocasiones, permitiendo dos acercamientos blancos que acabaron en sendas indecisiones de Cristiano y Bale. Isco rompía líneas y Benzema se movía, pero el resto del equipo no acompañaba. Esta vez la actitud no faltó, pero sí el fútbol, y al Real Madrid le urge recuperarlo.
En este panorama, el Schalke veía como periódicamente encontraba una rendija para llegar con comodidad al campo blanco. Höger se metió hasta la cocina pero sin premio en la línea de fondo, y tras una ocasión clarísima de Isco (que mandó arriba un caramelo dejado por Bale de tacón en la frontal), llegó lo que el Real Madrid se había ganado: un susto.
Marcelo se despistó en un balón que llegó a los pies de Platte. Más joven aún que Wellenreuther (cumplió los 19 hace solo una semana), pudo empatar, pero su disparo se estrelló en la madera. El rechace lo recogió Uchida, y su disparo pegó lo suficiente en Marcelo para llevarlo a las manos de un Iker ya vencido. El de Móstoles se levantó y lo agradeció al larguero con una palmadita. Una escena familiar.
En el 78, solo cuatro minutos después, Marcelo solucionó el asunto, aprovechando un buen pase de Cristiano con un derechazo a la escuadra, imparable. Ahí se acabó el partido, ahí se concretó el bálsamo. Las dudas aún persisten.