Fútbol

Vacío de poder y liderazgo en el vestuario del Real Madrid

    Cristiano y Bale, hundidos tras la derrota del Calderón. <i>Imagen</i>: Reuters


    El Real Madrid atraviesa un momento complicado. Desde que comenzó 2015, los resultados y el juego le han vuelto la cara. Nada sale como gustaría. La goleada frente al Atlético de Madrid, unida a la fiesta posterior de Cristiano Ronaldo terminaron por desatar la crisis blanca. Una crisis que ha destapado un insólito vacío de poder en el seno del vestuario blanco. Los que antes se mostraban como líderes del cambiador merengue se han esfumado hasta forzar a Florentino Pérez a dar la cara y sacar su lado más rotundo para revitalizar a un grupo muy tocado y desanimado.

    Las miradas del club se centran, según ha podido saber EcoDiario.es, en los jugadores relevantes del equipo y en especial en Cristiano Ronaldo. Ninguno de estas referencias ha sabido dar un paso al frente para atajar los problemas que amenaza con tumbar a los blancos del liderato.

    Ausencia de carisma que se vincula con la ausencia de Sergio Ramos por lesión y cuyas primeras señales de alerta se dieron durante el derbi del Calderón.

    Sin reacción en la goleada

    Ninguno de los futbolistas blancos que comparecieron en la ribera del Manzanares mostraron la casta que exigía un partido de esta magnitud. Ni siquiera cuando los goles rojiblancos fueron cayeron se vieron gestos de ánimos, arengas encendidas o motivación hacia el compañero que se tenía al lado. Todo eran miradas al suelo o al cielo.

    Esa actitud desagradó y sorprendió al mismo tiempo a la cúpula directiva merengue, toda vez que en el partido sí comparecieron Cristiano Ronaldo y Casillas, pero ni uno trataron si quiera de reenganchar a los suyos al partido.

    Tampoco lo hicieron otros pesos pesados como Bale, Benzema o Khedira, futbolistas que incluso escondieron la pierna en balones divididos. Lo nunca visto. Tuvieron que ser jovenes novatos como Carvajal, Isco o Kroos los que metieran un par de gritos, sin demasiado resultado para el resto de un bloque definido como "apático" por miembros del palco del Bernabéu.

    Capitanes desaparecidos

    Dos días después del hundimiento del Calderón, Florentino Pérez tuvo dos intensas reuniones en la ciudad deportiva de Valdebebas. La primera fue con Ancelotti. La segunda, con los jugadores. En ambas se mostró severo e inflexible sin caer, cuentan los presentes, en lo brusco. Trató de alentar a los suyos. Trató de advertirles de lo seria que era la situación.

    Tras su intervención, sin embargo, sólo hablaron Casillas y Arbeloa. El primero, con su habitual tono conciliador y relajado que él mismo admite. El segundo, con algo más de intensidad, ejerciendo de capitán en la sombra, algo que Ramos le reprochó recientemente. Pero sin el de Camas en el vestuario por su lesión, le tocó al lateral derecho coger el testigo.

    También habló Pepe. De manera corta, pero intensa. Su intervención fue más un arrebato que un discurso organizado. Una reacción momentánea que no encontró eco posterior en el resto del bloque. Marcelo, el cuarto capitán del Real Madrid, guardó silencio. Cristiano Ronaldo tampoco habló.

    El delantero portugués es considerado por el bloque un capitán más que ejerce incluso más poder que Casillas. Son el portugués y Ramos los que suelen llevar la voz cantante en el vestuario. Hasta ahora.

    En ese encuentro en el cambiador de Valdebebas se mantuvo en silencio. Se apartó. No quiso coger el liderazgo que se le atribuye como tampoco lo esgrimieron otros jugadores importantes para el bloque. Bale, Benzema, Kroos, Isco... todos permanecieron en silencio. Estas señales emitidas desde el interior del grupo tampoco gustan en el Paseo de la Castellana.

    Temen que hasta que Ramos vuelva, no exista un líder natural en el vestuario y que, por lo tanto, el bloque no despliegue la rabia e ímpetu que se necesita para salir de este tipo de situaciones, como ha sucedido en la reciente crisis del Barça, en la que fue clave el paso al frente dado por Messi y por otros jugadores vitales como Neymar, Suárez, Piqué, Mascherano o Alves. Todo se pusieron al frente del 'carro' blaugrana. Mientras, en el Real Madrid, nadie tira del suyo.