Fútbol

Casillas y Arbeloa aparcan sus tensiones para frenar la desgana del Real Madrid



    Iker Casillas y Álvaro Arbeloa no se hablan. Casi ni se saludan. Sus conversaciones son meramente profesionales. Más allá de un terreno de juego, las distancias entre ambos son abismales. O al menos eso era lo que sucedía hasta que el Real Madrid ha entrado en crisis. Uno y otro, capitán y veterano, han decidido enterrar por un tiempo sus diferencias para ejercer frente común y convertirse en una suerte de 'nueva capitanía bicéfala' en el vestuario del Real Madrid. Ambos han firmado una alianza temporal con la que tratar de frenar la desgana de sus compañeros, reactivar la ambición de la plantilla y, así, acabar con la grave crisis que sacude el Santiago Bernabéu.

    [Además: Casillas explota harto de que el acusen de todas las derrotas del Real Madrid]

    Este frente común comenzó a gestarse tras la derrota por 4-0 ante el Atlético de Madrid. Tras el partido, ambos sugirieron (con el apoyo de Sergio Ramos) que sus compañeros no acudieran a la fiesta de Cristiano Ronaldo. No era el mejor momento para dejarse ver por un festejo que, tiempo después, fue filtrado a todo el mundo dejando imágenes demasiado alegres tras semejante varapalo.

    La confirmación de esta suerte de alianza temporal llegó ayer al mediodía, cuando ambos futbolistas fueron los únicos que hablaron tras la charla que Florentino Pérez dio al vestuario blanco en la ciudad deportiva de Valdebebas. El presidente citó a la plantilla hora y media antes del entrenamiento. Se dirigió a ellos en tono rotundo para exigirles compromiso y discreción en sus vidas privadas ahora que las aguas no bajan precisamente calmadas.

    Después de su discurso sólo tres jugadores tomaron la palabra: Casillas, Arbeloa y Pepe, aunque éste último, según informan varios medios de comunicación cercanos al equipo, apenas dedicó más de un par de minutos a arengar con intensidad al grupo.

    Es decir, que fueron portero y lateral derecho los que realmente asumieron galones para mirar cara a cara a sus compañeros y exigirles responsabilidades y compromiso por el escudo que lucen en sus camisetas. Ramos, otro de los que suele asumir responsabilidades, no estaba presente en la reunión por estar tratándose de su rotura de fibras.

    El silencio de Cristiano Ronaldo

    En este sentido, resulta sorprendente que Cristiano Ronaldo no hablase. En los últimos meses, CR7 se había transformado en una suerte de capitán más. De hecho, el grupo le veía así, aunque son Casillas, Ramos, Pepe y Marcelo los dueños del brazalete merengue.

    Esta vez, sin embargo, el luso decidió guardar silencio, sabedor, quizá, de que su fiesta y, sobre todo, la difusión de imágenes desde su interior, no han sentado nada bien a la directiva y los aficionados en un tenso momentos.

    Y es que el Real Madrid vive al borde de la 'guerra civil'. Todos acusan a todos de ser culpables de todo. Un lío.

    El presidente, Florentino Pérez, cree que Carlo Ancelotti no ha sabido gestionar sus recursos. A la vez, señala a los jugadores por no salir a darlo todo desde que ganaron el Mundialito.

    A su vez, los jugadores creen que el técnico sigue enrocado en la defensa de su sistema 4-3-3 por encima de todas las cosas y señalan a la directiva por proteger este panorama que beneficia a sus estrellas.

    Mientras, el técnico ve falta de actitud en los suyos y teme que surja el proteccionismo por parte del palco merengue.