Fútbol
Zubizarreta y Bartomeu, contra las cuerdas por Messi, Douglas, Vermaelen y Laporta
No son buenos tiempos para la directiva del FC Barcelona y especialmente para sus cabezas más visibles, esto es, su presidente, Josep María Bartomeu, y su director deportivo, Andoni Zubizarreta. Ambos fueron sonoramente pitados el pasado sábado en el Camp Nou cuando hicieron acto de presencia en el vídeo que se proyectó con motivo del récord goleador de Leo Messi.
Las palabras (y filtraciones) del propio Messi, amén de la reaparición de Joan Laporta y los casos de Vermaelen y Douglas les ha dejado contra las cuerdas justo en su momento más complicado desde que llegaron al equipo blaugrana.
Ambos se defendieron a su manera de las críticas después de la actuación de Messi. En el caso de Bartomeu, el presidente decidió eludir las preguntas que tuvieran que ver con las críticas. Fue entrevistado en varios medios (Canal + y Barça TV) con la condición de que sólo se le preguntara por Messi. Por nada.
Zubizarreta no ha eludido esta mañana ninguna cuestión al respecto. "Igual los demás no teníamos que haber salido en el vídeo. El que tenía que salir era Messi", comenzó a argumentar . ¿Y los pitos?
"Me los tomo con toda la modestia del mundo, yo me fui del estadio con la sonrisa de Leo en la cabeza. Hay que ser modesto, aceptar las críticas y seguir trabajando", comentó en el aeropuerto de El Prat antes de partir rumbo a Chipre, donde el Barça se medirá mañana al Apoel de Nicosia.
Las filtraciones de Messi
Aunque pueda resultar curioso, Leo Messi es el primer problema de la directiva culé y, a la vez, su tabla de salvación. La filtración que surgió la semana pasada desde el entorno del delantero, esa que señalaba a la directiva como el principal origen del malestar del '10' aceleró las críticas que ya existían en torno al palco culé.
Cuenta su entorno que la opinión generalizada entre los Messi es que los actuales mandatarios pretenden consolidarse en el poder y venderle dentro de un par de temporadas. Y eso, claro, son palabras mayores. En la Ciudad Condal, 'La Pulga' es intocable.
Quizá por eso Bartomeu se lanzó el sábado a piropear a su jugador franquicia casi hasta el exceso después de lograr su record. "Estamos arrodillados ante Messi", dijo el mandatario en un mensaje que deja entrever la realidad.
Él y su directiva dependen de Leo. Si su ánimo decrece, si su rendimiento baja, el del resto del equipo, también se ve arrastrado, y con ello, se pierden claras opciones de títulos, el único salvavidas que, por ahora, parece que puede rescatar del fracaso a Bartomeu en las próximas elecciones de 2016.
La amenaza de Laporta
Las encuestas dicen que el próximo presidente del Barça será Joan Laporta. Encuestas, por cierto, encargadas por Agustí Benedito, uno de los candidatos a hacerse con el cargo. El origen de estos sondeos no deja lugar a dudas: el ex mandatario, encargado de liderar a los culés en la era Guardiola (y también en la de Rijkaard) parece llamado a volver de donde salió en 2010.
Su constante crítica es un factor que juega en contra de Bartomeu y compañía. Entre sus argumentos más usados, el de la ilegitimidad para ocupar los cargos que ahora ostentan. Dice Laporta que se deberían convocarse comicios adelantados ya mismo porque nadie le votó a él como cabeza de cartel.
Fue Sandro Rosell, dimitido hace un año, el que se presentó (y ganó) hace ya casi un lustro. Un argumento cala en la masa social blaugrana y que desgasta, más todavía, la imagen de la actual junta.
Los casos Douglas y Vermaelen
En el caso de Zubizarreta, la amenaza llega desde el propio Barça y no del exterior. La planificación deportiva y los últimos fiascos en cuanto a títulos le han puesto en entredicho. Una política deportiva que ha recibido sus mayores críticas tras el pasado mercado de fichajes estival. La llegada de Douglas y de Vermaelen han colmado la paciencia de más de un aficionado.
El primero ha aterrizado en el Barça por cuatro millones de euros y en lo que llevamos de Liga ha jugado sólo 73 minutos. Un total desconocido fichado a precio alto que, además, esconde una turbia historia detrás. La semana pasada se supo que un directo colaborador de Zubi pudo haber tratado de inflar el precio del jugador para sacar tajada económica del traspaso. El club estaría investigando este caso.
En el caso de Vermaelen, las críticas llegan por haberse gastado 15 millones de euros en un jugador que sólo ha disputado 63 minutos en un amistoso del Barça B ante una selección tailandesa.
El belga llegó lesionado a Cataluña y lesionado sigue. Desde septiembre cuenta con el alta médica, pero sólo se ha entrenado tres días al ritmo del resto de sus compañeros.
Ayer, para colmo, se comunicó que era baja de nuevo por problemas en los isquios. Mientras, Luis Enrique sigue adoleciendo de problemas en el centro de la defensa en un panorama nada novedoso para los técnicos culés.
En las dos últimas temporadas el Barça ha buscado desesperadamente un central, pero sólo se ha fichado al propio Vermaelen, inactivo casi toda la temporada pasada y baja durante el Mundial de Brasil. Una incorporación muy arriesgada que deja más que tocado a Zubizarreta y al resto de la dirección deportiva blaugrana.