Fútbol
El 4-4-2 definitivo de Ancelotti se enfrenta a su primera reválida
Carlo Ancelotti sigue jugando al despiste. En su última comparecencia ante los medios, se ha declarado partícipe de no variar el estilo con el que el Real Madrid ha dado un gran rendimiento en las últimas jornadas, al mismo tiempo que ha asegurado que Isco o James serán suplentes ante el Rayo Vallecano. Contra los rayistas, el 4-4-2 del italiano (con Bale en el rol de su predecesor) pasará una reválida clave.
Con Gareth Bale en el terreno de juego, Ancelotti tiene un reto que afrontar: conseguir la adaptación de un jugador acostumbrado a correr y jugar con espacios para que pueda acoplarse a una nuevo estilo en el que se prima más la paciencia, el toque. Conceptos todos aparentemente incompatibles con el '11', que encaja más en el anterior esquema, ese 4-3-3 que hacía prevalecer los ataques rápidos, esas contras casi imposibles de defender.
La incógnita es saber si el 4-4-2 de Ancelotti aguanta el desafío en los primeros intentos. Bale, de los que menos se prodiga en labores defensivas, no ofrecerá a priori el mismo sacrificio que Isco o James. La responsabilidad pasará al que se libre de la suplencia y a Modric y Kroos. El trabajo de cuatro jugadores pasará a ser el de tres. El objetivo de Ancelotti es que esto se vaya mejorando con el paso del tiempo, pero a estas alturas, Bale no podrá rendir en ese aspecto al mismo nivel del resto.
En lo que se refiere a la circulación de balón, también el Real Madrid contará con menos recursos, ya que prescindir de James o Isco repercutirá en la rapidez y calidad de los pases. Tanto el colombiano como el malagueño están siendo los más destacados, y su ausencia será un factor a tener en cuenta y a superar.
Al igual que en lo defensivo, tres asumirán el trabajo de cuatro: Bale se centrará en lo que mejor se le da en labores ofensivas: aprovechar su velocidad para lanzar desmarques y contraataques. En esto también tiene trabajo pendiente Ancelotti: introducir al galés, empujarle a variar su forma de jugar. No se trata de cambiar de arriba a abajo a un jugador peligroso por sus aptitudes, sino conseguir que llegue a un equilibrio.
En consecuencia, el 4-4-2 ha de superar lo siguiente: hacer lo mismo de antes, pero con una herramienta diferente, no acostumbrada al trabajo que se precisa para conseguir el nuevo estilo. Será un trabajo de varias semanas, pero el ritmo de la Liga BBVA no espera a nadie, y ante el Rayo ya tiene su primer examen.