Fútbol
Messi, el intocable o cómo ningún entrenador se atreve a sustituirle
El pasado sábado el Camp Nou asistió a una escena poco novedosa. Sucedió en la segunda parte del Barça - Eibar cuando, ya con 3-0 en el marcador, Luis Enrique preguntó a Messi si quería que le cambiase, Leo dijo que no y el técnico culé decidió que fuera otro jugador (en este caso Neymar) el que saliera del terreno de juego. El resumen de la escena es evidente: Messi es intocable. Lo es para 'Lucho' como lo ha sido para el resto de entrenadores que ha tenido el '10' en el Barça. De ahí que la escena no fuera novedosa. Guardiola, Vilanova y Tata Martino jamás se atrevieron a tocar a 'La Pulga'. Ahora la tendencia se repite.
Desde que en 2008 el primero de estos tres técnicos se sentase en el banquillo blaugrana, la figura de Messi ha ido creciendo exponencialmente, tanto como sus galones dentro y fuera del vestuario. Ese poder se ha manifestado de muchas formas posibles. La más vistosa, obvio, en cuanto a su dominio del juego. Messi lo controla todo porque él es más que medio equipo. Sus cuatro Balones de Oro lo atestiguan.
Pero también hay una cara 'B' de ese dominio, de ese poder que convierte al argentino en el hombre más poderoso del vestuario. Casos como la salida de Ibrahimovic o Villa de la plantilla o la llegada de Tata Martino (amigo personal de la familia) al banquillo blaugrana forman parte de ese lado menos vistoso del dominio que ejerce Messi sobre su entorno.
El cuándo y el cómo ser sustituido también forma parte de esta liturgia. Messi decide en la mayoría de los casos en qué momento salir del terreno de juego. Tanto es así, que el curso pasado el propio Martino decidió darle descanso al principio de temporada con dos sustituciones consecutivas y aquello se convirtió en noticia y motivo de debate en Barcelona.
En ambas ocasiones Messi salió con cara de muy pocos amigos del terreno de juego. La razón era sencilla: no le gusta que le quiten. Tanto es así, que después de aquellas dos sustituciones no hubo apenas ninguna más. Salvo por motivos de lesión, Messi permaneció en el campo en casi todos los encuentros.
Dicho de otro modo, Messi jugó en Liga la temporada pasada 31 partidos (el resto se los perdió por lesión) y sólo en cinco de ellos de ellos fue cambiado y en otros dos inició en el banquillo.
Leo no se toca desde la era Guardiola
Si extrapolamos este dato a toda su carrera (sin contar la presente temporada), el resultado es que Messi ha jugado 277 partidos en Primera División. En 194 de estos partidos jugó los 90 minutos. Sólo ha sido cambiado en 44 ocasiones. La mayoría de esos partidos en los que fue cambiado llegaron en sus primeras temporadas como jugador de la primera plantilla. Entre las temporadas 2005-2006 y 2007-2008 Messi fue sustituido en 31 ocasiones.
Desde la 2008-2009 hasta la 2013-2014, Messi sólo fue cambiado en 15. En este último tramo, la campaña en la que más veces fue sustituido llegó de la mano de Tata Martino (5 ocasiones). La que menos, la 2011-2012, la última de un Guardiola que, aquella campaña, no cambió a Messi ni una sola vez en Liga. Jugó 36 partidos y los 36 los jugó de principio a fin.
Messi sólo ha disputado 39 partidos como suplente en Liga con el Barça. De ellos, la mayoría en los últimos años han llegado por descanso tras partidos de selecciones o tras largas lesiones.
Entre estos guarismos Messi también tiene el honor de contar con una notable racha de 22 encuentros consecutivos jugando de inicio sin ser cambiado. Todo un récord.