Fútbol
Las cinco razones para calmar la euforia en la selección española
El triunfo de la selección española en Luxemburgo (0-4) ha calmado los ánimos contra el combinado nacional tras la derrota ante Eslovaquia. De hecho, se podría decir que el partido dejó un puñado de argumentos para el optimismo de la vigente campeona de Europa.
Tantos, como existen para calmar esa euforia y pensar que, en verdad, todavía hay mucho trabajo por hacer. Estos son esos cinco argumentos para tener, todavía los pies en el suelo.
1.- Mucho tiro, poco gol
España probó fortuna contra la portería de Luxemburgo hasta en 19 ocasiones. Cierto es que de todos esos tiros (siete entre palos, doce fuera) cuatro acabaron en gol para el conjunto español. Sin embargo, de dos de esos tantos llegaron en los minutos finales, cuando Luxemburgo ya había tirado la toalla y el cansancio se notaba en su cuerpo.
Dicho de otro modo, España falló anoche muchísimas ocasiones de gol. En verdad, el que más falló fue un Diego Costa que en la primera parte llegó a gozar de siete oportunidades para ver puertas. Ni por esas. La sequía del hispano brasileño con España preocupa. Ha necesitado siete encuentros para ver portería. No es la mejor de las rachas.
Además, el resto de sus compañeros le acompañaron en sus desatinos. Antaño España apenas tiraba a puerta, pero ayer demostró que, aún probando fortuna, sigue con el punto de mira desviado.
2.- Costados inexistentes
La nueva España juega con un 4-4-2 con rombo en la medular que deja a los laterales toda la banda. Aunque la idea de Del Bosque es ocupar con inteligencia estos espacios usando a los defensas, lo cierto es que el método por ahora no funciona.
España sigue jugando mucho por dentro y cuando se vuelca en los costados, lo hace para que los laterales se la jueguen ellos solos o bien centrando, o bien con regates que apenas salen. España sigue añorando la presencia de extremos que sepan regatear y generar situaciones de peligros por ellos mismos (como solía pasar con Pedro o con Jesús Navas) o apoyos entre interior y lateral para crear situaciones de dos contra uno.
3.- Mal Piqué, Busquets y Diego Costa
Entre los nombres que ayer destacaron con España en lo positivo nos encontramos a De Gea, Carvajal, Bartra, Alcácer, Rodrigo, Bernal... la mayoría de los nuevos. También brillaron Silva e Iniesta. Sin embargo, entre los de la vieja guardia, tres jugadores no estuvieron especialmente acertado.
Busquets volvió a mostrar su versión lenta. Lenta en movimientos y lenta en la circulación de balón. Lenta en general. Tampoco estuvo muy rápido Piqué en la salida del balón y las coberturas, si bien sus desplazamientos en largo sirvieron para desatascar el ataque de España.
La mayoría de ellos llegaron a un Diego Costa que en los balones aéreos generó peligro con buenas dejadas para sus compañeros. Él mismo tuvo ocasiones de gol, pero falló mucho. Marcó en la segunda parte casi, casi sin portero. Sigue buscando su 'yo' del Atlético y del Chelsea con España.
4.- Bajada de intensidad
Del Bosque confirmó tras el partido que no le gustó cómo acabó España el partido. "Bajamos la intensidad", afirma para referirse al frenazo que dio 'La Roja' con el 0-2 y que provocó algunos sustos mediada la segunda parte. El seleccionador sabe que España, sin ritmo, roza por momentos la mediocridad y el aburrimiento. No es algo que le guste.
5.- Un rival flojo
Todas las virtudes que ayer mostró España son positivas, pero no se puede olvidar que se exhibieron ante un rival flojo, esto es una Luxemburgo que sirve como 'sparring' para aquellos partidos en los que 'La Roja' se mida a equipos que se encierran atrás en busca de ahogar el fútbol interior de los nuestros.
Dicho esto, queda por ver cómo reaccionaría esta nueva España frente a un equipo grande que le busque las cosquillas en su propio campo. El próximo amistoso ante Alemania (18 de noviembre en Vigo) podría ser una buena prueba de fuego.