Andreas Brehme, campeón del mundo con Alemania, malvive limpiando retretes
El pasado mes de julio, Alemania logró sumar su cuarta estrella de campeones del mundo al escudo de la federación germana. El triunfo contra Argentina ponía fin a 16 años de sequía en lo que a copas del mundo se refiere. Fue en 1990 cuando los germanos lograron su último entorchado. En aquella ocasión, como ocurrió en Brasil, el rival fue Argentina y el resultado, un escueto 1-0 que materializó, desde el punto de penalti Andreas Brehme. El entonces defensa del Inter de Milán se reservó para sí mismo la gloria de lograr el tanto definitivo cuando el cronómetro marcaba el minuto 85 de partido. Hoy, 24 años después de aquello, la fortuna ha querido darle la espalda a este talentoso zaguero. Brehme sobrevive a duras penas limpiando retretes con los que trata de reducir su galopante deuda privada de 400.000 euros.
A sus 53 años, el también ex jugador del Zaragoza ha sido rescatado de la indigencia por otro ex jugador, Straube quien, a su vez, hizo caso al llamamiento de Beckenbauer para salvar a Brehme. "Tenemos la responsabilidad de ayudar a Andreas", pidió el ex presidente del Bayern de Múnich después de saber que Brehme apenas tenía para comer tras vivir ocho años sin empleo.
El último oficio conocido de Brehme fue el de entrenador del Stuttgart, donde naufragó. Desde entonces, su vida ha sido una tragedia constante que ahora Straube quiere solventar con el empleo que le ha ofrecido, eso sí, como limpiador de su empresa. "Para que aprenda lo que es de verdad la vida", ha afirmado en varios medios locales.
El caso de Brehme se ha hecho público en los últimos días gracias a varias publicaciones alemanas. No es la primera vez que un gran jugador de fútbol acaba arruinado.
Gascoigne, estrella inglesa de los 90 ha sido cazado en varias ocasiones afectado por un lamentable estado por culpa del alcohol.
Iván Zamorano, estrella del Real Madrid, Inter y la selección chilena, también atraviesa graves problemas financieros por sus deudas privadas.
Bosman, hombre que da nombre a la ley por la que los jugadores comunitarios pudieron jugar como nacionales en los 90 también malvive con graves problemas económicos.