Fútbol
La prensa podría ser el primer problema de Luis Enrique en el Barça
Luis Enrique ya es el nuevo entrenador del Barça. El técnico culé fue presentado este miércoles como preparador blaugrana. Sonriente, directo y franco, 'Lucho' se mostró radiante ante los medios de comunicación. "Hoy es un día de sol para mí aunque esté nublado", dijo para describir gráficamente su estado de ánimo.
Sin embargo, y pese a esta felicidad que emanó, Luis Enrique también mostró parte de lo que algunos consideran dentro del Barça que puede ser su principal problema en sus primeros pasos al frente del banquillo culé: la manera de enfrentarse con la prensa.
Desde su etapa de jugador, Luis Enrique no ha tenido unas relaciones excelentes con los medios de comunicación. No es que fueran malas. Tampoco fueron buenas. Fueron, simplemente, extrañas.
Una posición distante con los medios de comunicación que por momentos se convertía en flamante simpatía y, en otros, en agria discrepancia. Tiempo después, como técnico, el asturiano templó sus ánimos, pero ha seguido manteniendo algunas de estas posiciones poco agradables entre los medios.
Donde más problemas tuvo fue en Roma, un lugar en el que la presión del nuevo proyecto y el peso del equipo capitalino le provocó más de algún roce con la prensa transalpina. Los mayores, a raíz de sus malas relaciones con Totti.
"Eso de que no me llevo bien con Totti es una leyenda urbana que a algunos les sigue interesando vender", comentó al respecto Luis Enrique ayer mismo.
Ésa fue una de las respuestas irónicas con las que el técnico lanzó una de sus primeras advertencias a la prensa. Hubo también algunas más, como aquella en la que bromeó sobre la cesión de los servicios de su psicólogo a algún periodista, o cuando quiso zanjar la posible noticia sobre el uso de un andamio en los entrenamientos tal y como hacía en el Celta.
"Aquí hará falta un andamio. Aquí hay una magnífica grada desde la que puedo ver la perspectiva del entreno. Así acabo rápido con la tontería del andamio", dijo con una media sonrisa, sin cortarse. Luis Enrique en estado puro.
Con todo y con eso, el momento en el que más tenso se le notó fue cuando se le cuestionó por sus malos arranques de temporada en todos los equipos en los que ha estado.
"Tus equipos terminan muy bien las temporadas, pero les cuesta arrancar. Ese margen de maniobra, supongo, no existe en el Barça. No sé si eres consciente de eso", le cuestionaron.
"He visto que has tirado de hemeroteca, eso está muy bien. Pero se te ha pasado un dato: la única temporada que empecé muy bien fue con el Barça B. Se supone que en el tercer año ya estaba todo más asentado, a pesar de que en el Barça B haya siempre muchos cambios. Aquí ya sé donde llego. Sé los mecanismos que tienen más que asentado los jugadores del Barça", respondió con cierto aire molesto.
Además, en la misma pregunta, aclaró de forma rotunda que sus entrenamientos no estarán abiertos a la prensa. "Los entrenamientos, sí, a puerta cerrada, siempre. Así podéis contar otras cosas", dijo sotto voce mientras el responsable de prensa que daba los turnos de preguntas ahogaba el sonido de sus palabras.
Sin rozar en ningún momento la mala educación o las formas agrias, la manera cómo 'Lucho' afrontó la pregunta mostró lo que muchos temen en la Ciudad Condal: que Luis Enrique sea incapaz de soportar con mano izquierda (como hizo Guardiola o Vilanova en su día) la enorme y gigantesca presión mediática que tendrá por delante el preparador culé.
Y es que, tras un año en blanco, él mismo y todo el entorno del Barça sabe que la exigencia será máxima para que el equipo logre buenos resultados desde el minuto uno de la competición.
El ejemplo de Guardiola
Algo parecido le sucedió a Guardiola cuando, en 2008, en las dos primeras jornadas de Liga, más de una voz autorizada pidió su cese desde la prensa deportiva catalana. Aquellos dos primeros partidos del Pep-Team fueron una derrota contra el Numancia y un empate, en casa, frente al Racing de Santander.
Con todo y con eso, Guardiola supo afrontar la situación y capear el temporal en cada rueda de prensa hasta meterse a los periodistas en el bolsillos con sus palabras y sus actos con el equipo.
Algo similar se espera de un Luis Enrique mucho más directo que Pep. De ahí este temor que él mismo se ocupará de frenar usando, entre otras, la técnica que el mismo Guardiola se impuso hace ya seis años.
El de Santpedor no concedió ni una entrevista durante sus años en el banquillo culé. Vilanova tampoco lo hizo y Martino ratificó la medida. Es de esperar que Luis Enrique siga su estela para evitar líos con el que podría convertirse en su primer problema en su nueva etapa en el Barça.